Enredado(s) 2

Deja vú

Capitulo veintiséis (séptimo, segunda temporada)

Contenido delicado

Manuel

Lunes por la mañana.

Aun no se bien que fue lo que paso, tampoco logro entender cómo paso, mis sentidos no funcionaban, me sentía raro, desconectado ¿roto tal vez? no lo sé. Solo se que termine arriba de un avión, solo, mirando por la ventanilla, rodeado de extraños.  No veía ni escuchaba nada. Sabía que había bullicio, sabía que de vez en cuando las azafatas me hablaban, pero yo no era capaz de responder.

Estaba desconectado de la realidad porque mi cabeza repetía mil veces una misma escena, terminaba y volvía a comenzar: yo llegando a mi antigua casa

Los gritos de mi madre, los golpes de mi padre, mi novia llorando desesperada, las sirenas de la policía, los disparos. Esa noche fría, y eterna. La noche sin fin.

Ese recuerdo era una rueda y yo no podía dejar de girar junto a ella, luego de más de siete meses volvía a subir a un avión y absolutamente todo me llevaba a esa noche.

Flashback

Acababa de llegar al departamento de mi novia Sabrina luego de un largo día, cursar el último año de secundaria y trabajar al mismo tiempo no es sencillo pero todo valía la pena si era para estar junto a las dos mujeres que amo, mi novia y mi mamá. Después de haber hecho la denuncia contra mi padre Sabrina nos había ofrecido asilo en su departamento por un tiempo, de esa denuncia recién había pasado un mes y no habíamos tenido noticias ni de mi padre ni de la justicia. 

Sabrina vive sola desde hace un año, ya que ella es mayor que yo. Sabrina Guzmán tiene diecinueve años, trabaja en una disquera, donde su padre es el jefe. Yo tengo diecisiete, y comencé a trabajar hace más de dos años en una empresa textil, en donde antes trabajaba mi padre.

De todos modos nosotros teníamos programado un viaje a la Argentina, la idea es ir quizá un mes o dos, solo hasta que las cosas se calmen en casa y sea más seguro para mi madre, su mejor amiga y su familia nos iban a hospedar en su gran hogar, amo a esa casa y a esa familia desde que tengo memoria.

Entramos a la casa junto a Sabrina, ella había ido a buscarme con su auto hasta mi trabajo, de vez en cuando ella pasaba por mi, íbamos a merendar algo y luego volvíamos a la casa con mamá, hoy era uno de esos días. Nos dimos cuenta que ella no estaba, usualmente siempre nos esperaba en la sala limpiando, o en la cocina preparando la cena ya que esa mujer jamás se queda quieta.

—Tranquilo Manu, debe haber ido a comprar, no te asustes—dijo ella como si nada, leyendo mi mente

Trate de creer que era así pero algo en el fondo no me dejaba tranquilo ¿y si volvió con él? ¿él le habrá hecho algo? Concepción era una mujer impredecible, nunca se sabe que es capaz de hacer.

Nos sentamos a ver una película mientras esperábamos a mi madre, según Sabrina iba a servir para tranquilizarme pero había pasado más de media hora y ella no aparecía ¿Quién tarda tanto en el supermercado? Había algo extraño en el aire... no puedo explicar lo que sentí, pero me invadió un dolor en el pecho que no podía comprender.

Me paré de repente y corrí hacía la habitación que usaba mi mamá, quedaba junto a la de Sabrina. Busqué entre sus cosas pero no había ninguna señal de que haya ido a comprar, su celular estaba aquí, su billetera también ¿Qué carajos estaba pasando?

 Frustrado y desesperado me dirigí a la cocina, tratando de no pensar lo peor, quizás mi mamá fue a caminar, salió con una amiga o algo de eso. Abrí la heladera y tomé una botella de agua fría, mi boca estaba seca y sentía un nudo en mi garganta. Cerré la puerta del refrigerador con enojo pero en ese momento algo llamo mi atención. Había un pedazo de papel en medio de la puerta ¿Cómo no la vi antes?