Enredado(s) 2

Primera cita

Capitulo treinta y cuatro (quinceavo, segunda temp)

Narrador universal

Pablo había acompañado a su hermana hasta el auto y se despidió de ella y de Franco, luego se dirigió nuevamente a la entrada de la escuela, con la esperanza de que Marizza siga ahí.

Camino unos metros, la entrada del elite way ya se encontraba completamente vacía, a excepción de la colorada, quien estaba sentada en el suelo, mirando hacia la nada y arrancando unos pastitos que crecían en las grietas del piso, por lo que decidió acercarse a ella sin hacer mucho ruido, se sentó a su lado sin decir nada y la acompaño en silencio, mirando a la misma dirección que ella.

—¿Me vas a regañar por pegarle a tu hermana? si sirve de algo ella me golpeó primero— se excusó —Y me dolió mucho, además, yo no quería pegarle a Mia—

Él no respondió, tomo su mentón y comenzó a observar su golpe, su nariz sangraba y estaba algo inflamada, Mia golpeaba bien, nadie iba a negarlo.

—¿Te duele?— preguntó con preocupación

—Un poco, tuve golpes peores— suspiró

—¿Cuándo va a ser el día que dejes de resolver todo así? es agotador Marizza—

—A mi también me cansa pero bueno yo soy así, me enojó y reaccionó de la peor manera— se encogió de hombros —Siempre fui así y siempre lo voy a hacer—

—¿Vos realmente pensas que Mia podría haberte hecho algo así a propósito? Mia se estaba encariñando con vos...—

—Es mentira, Mia fingió ser mi amiga pero besaba a Blas a mis espaldas— dijo enojada

—¿Vos escuchas las boludeces que decis? pensa un poco, por favor— respondió harto —Se que Mia y yo arrancamos de la peor manera con vos, pero eso quedo en el pasado, los dos te queremos y vos lo único que haces es desconfiar, Marizza—

—No se Pablo, yo siempre pienso lo peor de todo el mundo, no es una novedad—

—Lo sé,  tengo una gripe horrible hace días por culpa de tus pensamientos— dijo divertido —Desde que me arrojaste esa fría lata de refresco—

—Perdón, vos no te merecías eso... bueno capaz si, no estoy segura, creo se me fue la mano— bajo la cabeza arrepentida

—Ni Mia ni yo nos merecíamos eso, Mia no sabía que vos estabas saliendo con Blas, no hay manera de que ella lo sepa, así como vos tampoco sabías que Blas salía con Mia— tomó su mano —Y a mi Belén me beso tomándome por sorpresa, yo realmente quería salir con vos, estaba muy entusiasmado ese día—

—¿Lo decís en serio?— el asintió —Soy una idiota, perdón Pablo—

—A mi no tenes que pedirme disculpas, se que tenes un problemita y aunque no entienda mucho yo puedo informarme e intentar ayudarte— sonrió de lado —Con la que si te tenes que disculpar es con Mia—

—No creo que Mia pueda perdonarme— dijo frustrada —soy un desastre—

—Ella es la persona más buena que conozco, no va a durar mucho tiempo enojada— se encogió de hombros

—Soy una idiota, espero que vaya a la casa así me disculpo... aunque ahora no tengo muchas ganas de ir—

—Tenemos todo lo que queda del día ¿Qué queres hacer? — sonrió

—¿Vamos a hacer lo que yo quiera?— preguntó entusiasmada, su humor había cambiado de un segundo al otro

—Lo que vos quieras— afirmó sonriente, amaba verla bien