Que nadie sepa mi sufrir

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Capitulo treinta y uno (doceavo, segunda temp)

Narrador universal

—Pablo llevas casi dos días tirado en esa cama ¿te podes levantar? hoy es sábado, tenemos que divertirnos— dijo Tomás mientras daba vueltas en una silla de oficina —Pareces un cadáver—

—No quiero salir ¿no entendes? Marizza me humillo frente a todo el mundo— él estaba recostado, tapado con una sabana de pies a cabeza.

—Pobrecito, nuestro nene tiene el corazón con agujeritos— hablo Guido divertido mientras terminaba de doblar su ropa para esta noche

—Igual un poco te la merecías— susurró por lo bajo el castaño

—La coloradita esa esta muy buena pero lo que tiene de linda lo tiene de loca— agregó Guido—Ya esta Pablin, te la sacaste de encima y sos libre, salgamos a disfrutar—

—Pero yo no me la quería sacar de encima, Belén fue la que me beso, yo a ella no— dijo indignado destapando su cara —Esa loca me tomó por sorpresa, yo realmente estaba ilusionado con salir con Marizza—

—Bueno pero bien que le seguiste el beso— lo acusó Tomás

—Fue un impulso, no se en que estaba pensando— se justificó —Marizza jamás va a perdonarme... y encima me humillo, yo no lo puedo creer— se quejo

—Aunque sea nos dijo que ustedes dos curtieron, que escondido que te lo tenías eh— dijo Guido divertido —Que campeón, mira que Marizzita no es nada fácil ¿Cómo hiciste?—

—No se los dijo, me lo dijo a mi, ustedes no tenían que escuchar absolutamente nada— aclaró enojado —Y espero que ya hayas borrado ese videito—

—Bueno basta, Marizza ya fue, salgamos, vayamos al boliche de Nico hoy— propuso el morocho de ojos verdes

—No se Tomás, capaz esta Manuel y si lo veo lo desfiguro, primero engaña a Mia y después me acusa con Marizza, es un estúpido— dijo sentándose en su cama

—En primer lugar eso es un tema de ellos y no te tenes que meter, y en segundo, lo de Marizza alguien lo iba a contar porque resulta ser que te tranzaste a Belén frente a toda la escuela— dijo Tomás como si fuera obvio —Es mejor que se entere por el mejor amigo que por algún extraño—

—A parte, vos a la loca no le hiciste nada porque fue Belén la que te besó ¿lo de Manuel no será algo similar?— cuestionó Guido

—Odio que me hagan de psicólogos, basta— dijo molesto —no quiero escucharlos más—

—Lo único bueno de que te hayas peleado con Marizza es que yo pude salir con Pilar— sonrío—Aproveche bien las entradas al cine y la reserva en el bar—

—¿Saliste con la hija del director? ¡¿en que pensabas?!—lo regañó Guido

—Ella era la única que estaba disponible —se encogió de hombros— y la verdad es muy buena onda así que no me molesten, ella me interesa—

—Si si, como digas ¿Salimos entonces?— le cambió de tema —A partir de ahora vamos a ser tres piratas, nada de locas ni hijas de directores ¿ok?—

—Café ¿no entendes? no quiero salir, basta— el rubio le tiró una almohada —No puedo dejar que me vean así—

—¿Solo porque Marizza te humillo? a todos nos humillaron así alguna vez ¿o no Guido? decile—

—A mi nunca me paso eh— dijo como si nada, pero Tomás lo fulminó con la mirada —Bueno quizá una sola vez, es normal Pablo, a todos nos pasa alguna vez ¿quién no se enamoro de una loca alguna vez?—

Enredado(s) 2Where stories live. Discover now