El regreso

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Capitulo cuarenta (veinteavo, segunda temp)

Mia

Luego de estas vacaciones, por fin hoy volvíamos al elite way, el por fin volver a clases me hacía sentir más segura y tranquila.

Baje del auto de Sonia y casi le rogué que entre a la escuela conmigo, cada vez sentía más temor a estar sola por la calle. Mamá acepto y me acompaño hasta la puerta, yo entre y ella se volvió a su auto. Me sentía culpable de hacerla perder tiempo, pero no podía estar sola ni un segundo.

Siempre comparé a esta escuela con una cárcel, pero en este momento es donde más segura podía sentirme, Pablo estaba acá, Felicitas y Victoria también, y hasta incluso con Marizza y Manuel me siento protegida, es el único lugar donde nadie puede lastimarme. Es mi lugar seguro a partir de ahora.

Comencé a caminar para buscar a mis amigas, sin querer choqué con un chico que estaba de espaldas, mi corazón se acelero del miedo que me causo. Podía jurar que iba a salirse de mi pecho.

—Discúlpame, no te vi— me hablo con amabilidad —Soy Francisco y soy nuevo— me extendió su mano.

Un suspiro de tranquilidad se escapo de mis labios, no era quien yo pensaba, era un desconocido y no podría hacerme nada, hasta era amable. Estaba a salvo. Estaba segura.

—Yo soy Mia Colucci, de sexto año— estreche su mano— es un gusto—

—Yo también soy de sexto— exclamó sonriente —El gusto es mío, que bueno poder conocer a alguien de mi curso, tenía miedo de estar solo— rio

Yo también tenía miedo de estar sola, pero supongo que no eran por las mismas razones, los nervios del chico por su primer día no eran nada comparado a mis miedos por... por eso.

— Quédate tranquilo, yo te voy a ayudar a que te adaptes— aseguré, era la excusa perfecta para no estar sola.

Narrador universal

Todos entraron a clases sintiendo un ambiente más raro de lo normal, solo una semana había pasado desde que se fueron, ni siquiera pudieron tomarse dos semanas de vacaciones ¿por qué todo había cambiado tanto? habían más lugares en el salón y más alumnos dando vueltas por ahí, ninguno sabía de donde habían salido.

—¿Pueden hacer silencio?— pidió Blas, las miradas de Mia y Marizza fueron hacía él, hace tiempo no sabían nada de él. No desde que huyo en su motocicleta antes de la pelea.

—Buenos días alumnos, quiero darle formalmente la bienvenida a los nuevos alumnos Roco Fuentes Echague y su prima Laura Arregui— los señalo el director —Y a Francisco Blanco— 

Nadie dijo nada, simplemente los observaron. Laura se sentó junto a Marizza, detrás de Luna y Luján. Roco se sentó solo en el fondo del salón y Francisco se sentó detrás de Mia.

—Espero que sepan tratarlos como corresponde y que los ayuden a adaptarse, no quiero problemas— advirtió

Cuando la clase terminó fueron al bar, Guido fue hasta allá para encontrarse con sus amigos, pero cuando llego se encontró con una imagen distinta a la que esperaba. Pilar estaba sentada en el regazo de Tomás mientras que le daba de comer unos caramelos en la boca, y frente a ellos estaban Pablo y Marizza, peleando por un jueguito del celular del chico.

—Estas haciendo todo mal Pablo— lo regañó Marizza —¡Así no se maquilla!—

—Vos porque me tenes envidia, me esta quedando hermoso— ambos estaban jugando a maquillar a una princesa, claramente no se ponían de acuerdo.

—Nunca en mi vida pensé que iba a vivir para ver este momento— dijo el morocho llamando su atención— Los perdí por completo— Los cuatro voltearon a verlo y rieron

—¿Qué pasa Guidito? ¿estas celoso?— preguntó Marizza divertida

—Pobrecito— dijo Pilar con ternura —No te pongas mal Guidi—

—Son mis amigos, salgan de acá, brujas— se cruzo de brazos —Los quieren separar de mí—

—Pili y yo estamos de novios Guido, no le digas bruja— contestó con cierto enojo, logrando que Pilar se aferre más a él —estamos juntos desde la fiesta en la casa de Marizza, trátala bien— sonrió embobado

—Ay mi amor ¡sos un dulce de leche!— le dio un pequeño beso en los labios, causándole ternura a la parejita frente a ellos y asco al morocho quien los miraba indignado

—Ay sis in dilci di lichi— repitió Guido imitando la voz de la chica —Tomás es MI dulce de leche— aclaró enojado —Y Pablo también es mío, los amigos son más importantes que las noviecitas—

—Yo no soy la noviecita de nadie eh— aclaró la pelirroja —Estoy soltera—

—Por ahora— Pablo puso sus brazos al rededor de la chica —Sentate con nosotros Guido, no seas caprichoso—

—Bueno pero explíquenles que son míos— se sentó aún cruzado de brazos— son propiedad de Guido Lassen—

—¿Vos no salías con Vico? ¿por qué no vas con ella?— preguntó Pilar, esperando que se retire.

—Salimos a principio de año, eso quedo en el pasado, actualízate Pilar— puso los ojos en blanco

—¿Y Agustina? ahora estas con ella ¿no?— dijo Marizza

—Tampoco, ella es parte del pasado, supérala— se encogió de hombros

—¿Y Fernanda?— preguntaron las dos a la vez, Guido volvió a negar

—Yo no soy un gobernado como estos dos, yo soy un verdadero pirata— sonrió orgulloso —Por eso todos quieren ser como yo, pero ninguno puede—

—Chicas no existe persona que ate a café, todas se rindieron hace tiempo— les explico Tomás —Ya no quedan chicas en este colegio que lo toleren—

La puerta del bar se abrió dejando pasar a dos de los alumnos que se habían incorporado hoy, Roco y Laura, ellos fueron a una mesa apartada.

—Pero por suerte siempre entra mercancía nueva— dijo al ver a la chica —Esa va a ser mi nueva conquista, acuérdense lo que les digo— se levanto de la mesa y fue casi corriendo hacía la rubia

—¿Mercancía?— repitió Pilar, indignada —Menos mal que vos sos distinto Tomy—

—Tan distintos no deben ser, si son amigos de ese pirata trucho— los acusó la colorada

—Vos sabes que soy distinto, si no estuviera muerto por vos ya estaría tratando de levantarme a la nueva— aclaró Tomás

—¿Vos me estas diciendo que te gusta la chica nueva, Tomás Escurra?— su novia se cruzó de brazos

—La única chica que me gusta sos vos Pili, no hay nadie más— dijo y la besó

—Ahora se van a poner mimosos otra vez— se quejó Pablo— mejor sigamos preparando a la sirenita para el baile, sino sus hermanastras le van a robar al príncipe— propuso refiriéndose al juego

—Te equivocaste de película— rio —Pero mejor dame que lo hago yo, vos no sabes nada sobre bailes—

Manuel entro al bar y se sentó junto a ellos sin decir nada. Los observaba con melancolía, estaban todos en su pequeño mundo y nadie lo notaba a él. Lo único en lo que podía pensar al ver esta escena es que le faltaba algo, faltaba su Mia.

Si aún estuvieran juntos podrían unirse a sus amigos, serían tan felices como ellos... pero la realidad es que él a Mia la perdió hace tiempo, por más que no lo quiera aceptar.

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 saben,  voten, comenten, no sean fantasmas, las amo <3

Enredado(s) 2Where stories live. Discover now