♤ Capitulo 5 ♤

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"Cuando encuentras los puntos débiles, todo es más fácil"

Me tomó en brazos sin que pudiera negarme, ya había perdido toda fuerza para luchar con el castigo anterior y solo me dediqué a llorar mientras mi acosador y ex bully me arrullaba calmandome

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Me tomó en brazos sin que pudiera negarme, ya había perdido toda fuerza para luchar con el castigo anterior y solo me dediqué a llorar mientras mi acosador y ex bully me arrullaba calmandome.

— Mi pequeña bebita, esta todo bien. Shh... Tranquila, ya no estoy molesto— "Como si me importara si estas enojado o no"— Vamos a comer algo tu y yo, luego veremos algunas películas que seguro te gustaran— Besó mis lágrimas y sin esperar mi respuesta salió conmigo cargada de la habitación. Era una habitación muy bonita, mucho morado de tonos pasteles y casi nada rosa. Los peluches en su mayoría eran morados o azules y los muebles eran de un impoluto blanco y algunos con los cajones de colores fríos en tonalidad pastel.

Sin embargo; la habitación, la cocina, y todo el lugar al que tenía acceso estaba bajo tierra, en un búnker del que tenia prohibido salir.

Había sido construido con la única intención de que me fuera imposible escapar. Cada detalle estaba diseñado para mantenerme bajo tierra.

Que mi acosador y secuestrador fuera el chico que me había estado molestando todo este curso no solo me sorprendía, sino que también me aterraba y me daban más ganas de volver a llorar y quedarme en una esquina lejos de él.

— Nathan, por favor sueltame— Supliqué pero él no me prestó atención, nunca había estado tan cerca de él, y tampoco esperaba que algún día me estuviera rodeando y apretandome a su cuerpo cuidando de que no escape.

Pero eso no es ni de lejos todo lo que no pensé.

— Nathan, por favor— Repetí y el siguió sin mirarme, su mirada seguía al frente mientras me obligaba a enrollar mis piernas a su cintura y yo misma me mantenía así para no caerme.

Con el temor que le tengo a las alturas, y tenías que medir dos metros. Jalé un poco de su camisa pero no resultó en ninguna reacción por su parte.

Llegamos a la cocina y me sento en una de las sillas altas que había ahí, teniendo la seguridad de que aunque quisiera no podría bajar. Y es que todo lo que venga con tener mis pies lejos del suelo me da miedo. Me apoyé en la mesa intentando no mirar como mis pies no tocaban el suelo y es que mi estatura no ayudaba.

— Vamos a comer unos huevos revueltos cariño, creo que hay bacón. Huevos revueltos con bacón ¿Suena bien? Hay jugo de naranja, un desayuno muy completo— Explicaba mientras sacaba todo lo que necesitaba para hacer el desayuno, el cual se había retrasado por mi "rebeldía" anterior. Sentarme me dolía y el material de la pijama que tenía puesta no ayudaba.

— ¿Qué película te gustaría ver? Podemos ver la que quieras— Era una pregunta directa y me obligué a responder por el temor a las consecuencias.

— Me-me me gusta-gustan las de zombies— Intenté controlar mi tono de voz tembloroso y al final lo logré un poquito.

— Eso es muy violento, bebe. Pero, por haber aguantado tan bien el castigo podría complacerte, solo por esta vez— Aclaró mientras revolvía los huevos en la sartén y freía el bacón sin mirarme, concentrado en su tarea. Realmente Nathan era un chico guapo, tenía esas pintas de chico rudo y estaba haciendo un doctorado en la universidad ¿Qué podría querer con una chica que apenas estaba en su segundo año de medicina?

Nathan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora