♤ Capítulo 21 ♤

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"Las paredes cuentan sus secretos, los espejos muestran solo parte de su alma,
y las puertas no tienen salida"

Me acerqué cautelosamente a la habitación de Nathan, a pesar de que sabía que él no estaba, sentía cierto temor de que me encontrara con las manos en la masa.

Había notado que la habitación tenía algo extraño. No sabía exactamente el qué, pero ciertamente algo me descuadrada.

Entré agradeciendo que la puerta no tuviera seguro.

En medio de la estancia, realmente no tenía idea de qué era exactamente lo que buscaba, aunque me daba cuenta que si bien la habitación era enorme, parecía un poco más pequeña que la mía, la cual tenía una forma cuadra perfecta.

"Tal vez eso sea un buen lugar por donde iniciar" Comprobé que el lugar tenía forma rectangular midiendo con mis pies.

Cuarenta pies de largo y cincuenta de ancho. La forma era un rectangulo, eso era un punto de partida. Tomé un calcetín y conté las pisadas desde la puerta hasta el principio de la habitación.

"Veinte pies" Medir esto podría resultar ridículo. Pero mi instinto me decía que las respuestas podrían encontrarse (ilogicamente) en esos detalles tan pequeños.

Salí del lugar, haciendo otras veinte pisadas hacia el principio del pasillo y coloqué el calcetín. Repitiendo el proceso de contar mis pasos desde el principio hasta el final del pasillo.

— No sé que me espero, aunque lo compruebe son cuarenta pisadas, a lo mejor una o dos más por el grosor de la pared— Entendía que era un sin sentido, pero otra parte de mí me decía que no perdía nada al intentarlo.

Finalmente conté cuarenta, pero para mi sorpresa quedaba todavía mucho para llegar al final del pasillo, donde se suponía que tenía que acabar la habitación de Nathan.

Lo primero que pensé fue que había contando mal, volví desde un principio pero se volvió a repetir el mismo patrón.

Volví a contar desde la puerta al calcetín y seguía siendo la misma distancia. Dentro de la habitación tampoco variaban las medidas. Hay un espacio de dies pies entre la habitación y el final.

Me senté en uno de los sillones de Nathan mirando fijamente a la pared ¿Habría angostado la habitación? No tenía ningún sentido, siendo que su intención había sido agrandar este sótano. Tampoco parecía ser un error de diseño y la pared...

Salí al pasillo dirigiéndome directamente a la pared. Pegué mi oído mientras daba golpesitos en esta.

"No suena a que haya algo detrás" Esto empezaba a ponerme nerviosa, avancé a la pared del interior del cuarto de Nathan secandome el sudor en el vestido.

Tomé aire y me pegué mi oreja a la fría pared, mi mano temblaba cuando di los golpecitos con los nudillos y el sonido detrás de la pared me hizo retroceder. No había duda de que el sonido distaba bastante entre ambas superficies que aparentaban ser la misma, no cabía duda alguna de que había algo detrás de las paredes.

"Esto no puede ser casualidad"












El abogado había salido hace algún rato de casa. Ese día se encontraba de muy buen humor, gracias a lo acontecido con su acompañante el día de ayer. No dejaba de darle vueltas al asunto, y su cabeza no había parado de crear estrategias constantemente desde que salió de su hogar. Sus próximos movimientos ya estaban marcados, pero tenía que anticiparse a los que le seguían.

Nathan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora