"Algunas cosas nunca cambian
Algunas personas... siguen igual"Mi segundo año en medicina está a punto de empezar, y eso me emociona tanto que no he podido evitar hacer una mini fiesta en mi pequeño apartamento. Mis amigos comían y hablaban animadamente festejando conmigo que hubiéramos pasado de año, y en el caso de Jamie, que había encontrado trabajo como profesor de infantil.
— ¡ESCUCHEN!— Gritó Peter, el novio Erica, llamando la atención de todos— Hay que brindar, caras de renacuajos mal cocidos, porque hemos sobrevivido a otro año más de facultad y porque nuestro lindo Jamie podrá estar encerrado con renacuajos minis, así que ¡Copas arriba!— Subimos nuestras cervezas y se escuchó el Clink antes de que todos nos termináramos nuestras bebidas del tirón.
Entre risas y borrachera se nos pasó la noche en mi diminuta vivienda. Mis amigos se quedaron dormidos en el piso o en el sofá y yo a duras penas llegue a esa incómoda cama que tenía que cambiar.
"4 a.m. última borrachera antes del comienzo de mi segundo año universitario" Con ese pensamiento me quedé dormida. La mejor noche con mis amigos y el comienzo de mi segundo año en la facultad de medicina por la que tanto luché ir hace unos años atrás.
Todo es demasiado perfecto.
El molesto sonido de la alarma en mi mesa de noche me despertó de mi ensueño.
6 a.m.
Mi camino a la ducha fue lento, dormir dos horas no era exactamente lo que me imaginaba para cuando apenas estoy empezando. Pero tampoco puedo quejarme, al final fue idea mía.
Con ese pensamiento e intentando recobrar el ánimo, entré al agua helada de la ducha. Entre temblores logre ducharme y vestirme para observar como mis amigos seguían borrachos y desparramados por mi apartamento.
Me reí sin poder evitarlo y les tomé unas cuantas fotos. Erica tenía medio cuerpo fuera del sofá, mientras a su lado Peter se abrazaba a a mi lámpara, por otra parte Jamie estaba chupando su dedo en el piso de mi salón.
Estas fotos serán para el álbum.
Decidí dejarles dormir y en silencio, cuidando de no despertar a nadie, salí de casa, no sin antes tomar mi bolso con lo que necesitaría. El aire helado de la ciudad de Massachusetts me recibió como un recordatorio de que las vacaciones habían acabado y que ahora era tiempo de volver a mi realidad estudiantil.
Me acomodé la bufanda cubriendo mi rostro y caminé hasta la parada de bus para poder llegar temprano, alcanzar a desayunar antes de la primera clase era la misión del día.
Busqué en mi teléfono cuanto le faltaba al autobús, y me sentí aliviada al confirmar que solo faltaban tres minutos. Podría tomar un fabuloso Macchiato con tranquilidad antes de entrar.
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Nathan
RomanceFue irrefrenable, fuera de mí control. Él es un demente, un loco, cualquier cosa que puedas decir negativo de una persona. Y yo soy suya. Tengo dos meses, dos meses para ganarme su confianza y lograr escapar. Descubrir sus secretos en el proceso y...