♤ Capítulo 20 ♤

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3...

20...

Y ahora fuera...

1...

2...

40...

- Esto no puede ser cierto-

Un día antes...

El olor de la bañera había dejado de ser importante, mi atención se encontraba fija en un punto perdido, mientras las distintas esencias se impregnaban en mi piel.

Me encontraba como en un trance, las espuma era cuantiosa debido a los jabones, y la sustancia parecida a una nube, teñida de un tono algo anaranjado, parecía contribuir a mi ensimismamiento ¿Sería posible acaso lo que creía haber descubierto?

Podía escuchar el sonido que hacía Nathan al volver a subir las escaleras y al caminar en dirección al dormitorio, siendo específicos, al baño. No sabía qué hacer o decir, o si debía hacerlo, ninguna reacción se me hacía idílica.

"Pero bueno, de todos modos no hay nada que precisamente se pueda llamar idílico"

Nathan apareció en mi campo de visión, automáticamente me hundí aún más en el agua, sintiendo las cosquillas que provocaban las burbujas en mis mejillas. Venía como ya muchas veces lo había visto, con un pantalón de pijama y una camisa básica en forma de V. Parecía calmado, contrario a mi corazón que empezaba a acelerarse al saberme desnuda y a él tan cerca.

Se acuclilló a mi lado, sin invadir mi espacio o tocarme, actuando extrañamente precavido sin perder el contacto visual, tal vez intentando transmitirle un poco de paz a mi tormenta.

- ¿Cómo te encuentras, pequeña?- No sé si me había vuelto loca, pero el apodo dicho con tanta suavidad y comprensión me hizo sentir diminuta, tan... frágil. No pude evitar el sollozo que vino ni los que le siguieron.

Nathan aún manteniendo cierta distancia, me acarició el cabello susurrando palabras aterciopeladas. No entendía (Como cosa rara) lo que sucedía, primero entraba en un estado de shock y luego sentía como si hubiera encogido.

- Shh... Está bien, llora cariño. Desahogate, puedes hacerlo, estaré aquí para cuidarte, así que no te contengas- De repente solo quería un abrazo, el agua estaba tibia pero yo me sentía helada- Dime lo que necesitas para sentirte mejor y a gusto, sé que necesitas apoyo justo ahora y, si me lo dices o señalas, puedo brindarte ese soporte- Ofreció y tomó suavemente mi mejilla humeda por la espuma y las lágrimas para hacer que suavemente le mirara.

¿Por qué todas y cada una de sus ofertas resultaban tan tentadoras?

¿Qué poder contenían sus palabras?

¿Por qué era justamente él la persona en la que me había fijado?

¿Por qué aún cuando llevo cadenas no puedo evitar seguir mirándole como si fuera lo único?

"Porque soy imbécil, esa es la respuesta"

- Quiero vestirme- Murmuré tras parar mis sollozos, apartando mis ojos de los suyos. Por el rabillo pude ver como me mostraba una pijama que me había traído.

- ¿Necesitas ayuda para levantarte?- Negué, y aunque no pareció convencido, dejó la ropa encima de la cómoda del baño- Cualquier cosa hablame, si ves que no puedes no tengo problema en sacarte de ahí, si prefieres que cierre los ojos mientras lo hago, puedo hacerlo. No te arriesgues solo por terquedad- Avisó de forma severa haciendo que me escogiera en mi lugar, él podía ser de esa manera de un momento a otro, tan controlador.

Nathan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora