♤ Capitulo 7 ♤

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"El comienzo siempre tiene parecido con el desenlace"

Las palabras de Nathan resonaban en mi cabeza ¿Sería capaz de hacer daño a mi hermana pequeña? ¿Acaso era tan malvado? No pude evitar recordar el chico que me contaba de su hermana con cierta melancolía, no parecía el mismo que acaba de amenazarme...

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Las palabras de Nathan resonaban en mi cabeza ¿Sería capaz de hacer daño a mi hermana pequeña? ¿Acaso era tan malvado? No pude evitar recordar el chico que me contaba de su hermana con cierta melancolía, no parecía el mismo que acaba de amenazarme o imponerme unas reglas totalmente absurdas.

No sé en qué momento llegué a esto. Me abracé a mí misma, algo que solía hacer cuando necesitaba refugiarme.

Antes me refugiaba de la ansiedad por haber comido un plato de pasta, ahora me refugió de la incertidumbre y terror que me provoca mi secuestrador.

"No querrás que tu pequeña hermana sufra ¿No?" Sentí como el escalofrío me recorrió de pies a cabeza al recordar esa frase.

"No puedo dejar que nadie le haga daño a Lily"

— S-solo... S-solo no le hagas daño a Lily ¡Puedes hacerme lo que quieras pero...!— Pusó un dedo en mis labios silenciandome. Acarició mi mejilla y lágrimas silenciosas rodaron por ellas.

— No cariño, shh...— Limpió mis lágrimas con delicadeza, había vuelto a tratarme como si fuera una niña pequeña. Acunó mi rostro en sus manos mirándome con comprensión— No voy a hacerle nada a tu querida Lily, Honey. Siempre y cuando tu no hagas nada que pueda provocarlo— Aclaró como si fuera nada. Como si la vida de mi Lily no valiera nada a comparación de cualquier "mala acción" que yo pudiera hacer.

— No lo haré— Susurré, sentí como sus brazos rodearon mi cuerpo y lentamente aloje mis manos en su espalda sin terminar de recostarme en él. El olor de su perfume inundó mi nariz, dulce.

— Claro que no, mi pequeña nunca haría nada para enojarme ¿Verdad? Mi linda y dulce niña consentida— Me había tomado en brazos y se dirigía de vuelta a la habitación. Me sujeté fuerte por el miedo que me daba la sensación de caída. Me sorprendía un poco la cantidad de fuerza de Nathan, yo no era  liviana.

"¿Precisamente liviana? Buena forma de decir que estas hecha una foca" Borré ese pensamiento tan rápido como llegó. No podía seguir pensando en mi peso o me echaría a llorar.

Llegamos a la habitación, a pesar de ser tan bonita no me daba ninguna sensación de comodidad. Se sentó conmigo en una especie de banco columpio en el que no había reparado cuando ví la habitación por primera vez.

Intenté bajar de su regazo y para mi sorpresa él no me detuvo. Cuando vi que el banco estaba tan alto, volví a abrazarme a él al instante.

— ¿Qué pasa, lindura?— Parecia un poco confuso por mi repentino agarre.

— El banco esta muy alto, no puedo bajar— Susurré. Inclusive él quedaba con los pies colgando. Nathan pareció percatarse y sin mediar palabra bajó del banco columpio. Me agarré con fuerza a él temiendo caerme.

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