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Triste, decaído, y con ganas de lanzarse de un puente.

Así se encontraba cierto pelirrojo, en cuyo cabello comenzaban a notarse las raíces negras debido al descuido.

Su cabello un poco mas largo debido a que no lo había cortado, y sus ánimos por el piso.

Había pasado ya un mes desde su ruptura con Katsuki y sus ánimos no podían estar peor.

Mina y Sero observaban aquello con un triste semblante, aquel grupo que por mucho les había costado crear, se encontraba disuelto.

Denki había pasado de ser el centro de la felicidad de aquel grupo, a pasar tiempo con Midoriya y luego de eso, ahora estaba solo. Entrenaba sin descanso cuando podía, y se encerraba en su habitación para estudiar, solo Momo y Jirō pasaban algo de tiempo con él, pero luego eran apartadas por el rubio quien decía que tenia cosas que hacer.

Katsuki se había alejado del grupo al terminar con Eijirō y había comenzado a entrenar y pasar tiempo con Midoriya, cosa que al inició les sorprendió, pero tras escuchar por boca de Eijirō la razón de la ruptura, simplemente negaron decaídos, y lo dejaron ser.

Eijirō por su parte, aunque no se había distanciado del grupo, sus ánimos cada día parecían ir de mal en peor.

Y eso solo hacia que se preocuparan aun mas.

—Tenemos que hacer algo—decía la pelirosa a Sero, ambos se encontraban en la cocina debido a que era su turno de cocinar.

—Aja, ¿Pero qué?— preguntó Sero—No podemos simplemente unir al grupo como si nada hubiese pasado.

Mina hizo una mueca.

—Podríamos decirle a Denki que anime a Eijirō— sugirió— tu sabes que él es una de las poc,as personas que puede hacer eso.

—Denki esta muy ocupado estudiando y entrenando— Sero picaba algunos vegetales mientras hablaba, sus ánimos tampoco eran muy buenos— Lo cual es sin duda algo desconcertante.

—No tanto como Eijirō— hablo la pelirosa encendiendo la estufa—ni siquiera se a tomado la molestia de pintar o cortar su cabello.

—Eso ya es culpa de Katsuki— señalo lo obvio el pelinegro— ¿Como te pondrías tu, si tu pareja termina contigo de esa forma?

—De la mierda—respondió Mina— pero tampoco podemos dejarlo seguir así.

Sero suspiro, ¿Que debían hacer?

Un rubio con un rayo, quien escuchaba la conversación escondido tras la pared, soltó un suspiro.

Él mejor que nadie entendía los sentimientos depresivos del pelirrojo, ya que paso por ellos hasta no hace mucho. De no ser por Midoriya, él aun seguiría en ese hueco de tristeza y desesperación por aquel amor no correspondido.

Otro suspiro escapo de sus labios, su mente debatiendo entre ayudar al pelirrojo o no.

Se rasco la nuca pensativo al tomar una decisión, solo esperaba no arrepentirse.

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Eijirō se encontraba sentado en uno de los sofás de la sala común, los demás había optado por comer en el comedor, pero él decidió comerlo en el sofá apartado del resto con la excusa de ver tv mientras comía, cuando en realidad era que no quería ver a Midoriya y Katsuki en la misma sala, ya tenia mucho con verlos todos los días en clases, entrenamientos, inclusive en los dormitorios. Quería estar sólo.

Sero y Mina habían cocinado curry, así que comió gustoso ya que era algo que le gustaba mucho comer.

Se llevo una cucharada a la boca mientras veía un programa de comedia, e hizo una mueca al notar que el curry estaba simple.

Algo debió de distraer a Sero o a Mina ya que al curry le faltaba algo de sal.

Soltó un suspiro al debatirse entre ir a la cocina por sal y correr el riesgo de ver al peliverde y al cenizo, o comerse el curry así tal cual como estaba con tal de no ir.

La segunda opción sonaba muy tentadora, pero por mas que le gustara el curry no le apetecía comerlo así de simple.

Rodó los ojos y dejo el plato sobre la mesita que tenía enfrente, estaba dispuesto a ver a su ex con tal de conseguir sal.

A punto de levantarse ve como una mano sostiene un pequeño salero a centímetros de su rostro.

—¿Sal?-— escucha que le ofrecen y alza la vista.

Denki se encuentra a un costado con su plato en una mano y el salero en la otra, parece algo nervioso, pero no se nota mucho.

—Gracias— suelta Eijirō con sinceridad— Justo estaba por ir a la cocina a buscar.

—Pues ya no tienes que ir—sonríe sincero— ¿Te molesta si te acompañó?

Ve al pelirrojo negar y aprovecha para sentarse a su lado mientras le pasa el salero.

—¡Me encanta este programa!— exclama Denki observando con detenimiento la tv, y el programa que este emitía.

—Oh, ¿Enserio?_preguntó Eijirō con asombro echándole sal a su comida.

—¿De donde crees que sacó mis chistes malos?— le dio leves codazos que ocasionaron una pequeña sonrisa en Eijirō— ¡Ese programa es arte!

El pelirrojo negó mientras escuchaba al rubio imitar a aquellos personajes del programa y no pudo evitar reír.

Si que le había hecho falta pasar tiempo con el rubio eléctrico.

La cena transcurrió entre risas y comentarios graciosos por parte del rubio.

Era la primera vez en meses que volvían a comer juntos.

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Notas- (Libro 2) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora