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Eijirō estaba nervioso.

Con cada minuto que pasaba mas se arrepentía de aquello que estaba punto de hacer.

Denki junto a Mina y Sero, se hallaban en la cafetería en la mesa que siempre solían escoger, Katsuki sorprendentemente estaba sentado con ellos. Con su bandeja en manos y el teléfono de Denki en el bolsillo del pantalón miro en todas direcciones buscando algo que pudiese perjudicarlo, y al no encontrarlo, camino con paso relajado y su radiante sonrisa de tiburón.

—¡Chicos, volví!—dijo de manera energética dejando la bandeja en la mesa frente a Kaminari—Y miren lo que tengo—señalo aquel pudin de chocolate el cual era el favorito del BakuSquad, menos del cenizo claro.

—¡No puede ser!—exclamo Mina casi lanzándose a la mesa— ¡¿Ese era el ultimo?!—alzo la voz tratando de quitarle el alimento a su amigo quien rápidamente lo alejo del alcance de la pelirosa.

—Hay más por allá—señaló al sitio donde se encargaban de repartir la comida y sonrió— por si gustan.

—¡Rapido Sero, tenemos que ir antes de que se acaben!—tomo la mano del pelinegro y luego la del cenizo, quien se quejo—Tu también vendrás, necesitamos tus explosiones para quitar a la gente.

Y dicho eso el pelinegro junto a la pelirosa que llevaba a rastras al cenizo, desparecieron del campo de visión de los demás.

Eijirō y Denki se encontraban solos en aquella mesa.

—¿No iras con ellos?— pregunto el pelirrojo algo nervioso, su plan era efectivamente ese, estar sólo con Denki para darle el teléfono y quizás, pedirle una cita si todo salía bien.

—No quiero dejarte aquí, comiendo solo- respondió sincero y sonriente dándole un bocado a su comida— Además Mina me debe un pudin, así que me lo traerá si no quiere una descarga.— sonrió de manera amenazante, que para Eijirō, parecía mas una ardilla molesta debido a que sus mejillas estaban infladas y que tenia comida en su boca mientras decía aquello.

<<Bien Eijirō es ahora o nunca>>

Pensó para darse ánimos, no podía simplemente entregarle el teléfono así como si nada, no, debía iniciar una conversación casual.

O al menos eso espera, los nervios son mas fuertes.

—Oye... Denki—comenzó la plática nervioso.

—Si... Kirishima—le respondió el rubio de la misma forma haciéndolo reír.

Una amplia sonrisa apareció en el rostro de ambos y Eijirō rápidamente pensó en una de las notas que había leído. Se sintió culpable.

<<Tu sonrisa me parecía extraña al inició, pero ahora me parece tan única, hermosa y brillante, que no puedo parar de verte sonreír.>>

Denki lo miraba fijamente mientras sonreía, sus ojos parecían brillar en su tono ambarino y no debido a su quirk, si no a la felicidad que le daba ver sonreír al pelirrojo.

Eijirō por su parte inhaló y exhaló, metió las manos en el bolsillo del pantalón y saco al culpable de su resiente desveló.

Denki lo miro sin comprender.

—Toma... Yo...— los nervios no lo dejaban hablar—... Encontré tu teléfono en la sala de entrenamiento y como era muy tarde para dartelo lo lleve a mi habitación donde lo olvide hasta hace dos días que limpie— hablo con rapidez casi quedándose sin aire, y tras dejar el objeto en la mesa, junto sus palmas para exclamar un muy sonoro—¡Lo siento, debí dartelo antes!

Denki quien se había perdido en la hipotenusa en el momento en que el pelirrojo comenzó a hablar, entendió la situación al ver su teléfono en la mesa, el hambre se le fue de repente, y sus manos temblaron al tomar el objeto que por meses dio por perdido, lo reviso a profundidad, las fotos estaban bien, todo estaba bien. Pero en las notas salia "Última lectura hace 2 días".

Y fue ahí cuando el alma se le fue a los pies.

—¿Leíste las notas?—pregunto nervioso, kirishima seguía en la misma posición.

—¿Eh?— pregunto confundido.

—¿Que si leíste las notas de mi teléfono?— los ojos ambarinos del rubio miraron fijamente los rubíes del pelirrojo, sus orbes mostrando miedo.

—Eh...— dijo al no encontrar las palabras, suspiro, mentir no sería varonil de su parte—Si las leí, pero...

No termino de hablar ya que Denki se levantó de la mesa con brusquedad dispuesto a irse, pero Eijirō lo tomo de la muñeca antes de que pudiera hacer algo.

—Sueltame— le pidió al pelirrojo con la poca fuerza en la voz que tenia.

—No, Denki escuchame, si las leí pero...—se encontraba nervioso no sabia que decir, era cierto las había leído, pero no sabia como actuar ahora que sabia que Denki estaba enamorado de él. Quería corresponderle pero no sabia como.

—Pero, ¿Qué?—volteo a verlo con sus ojos llenos de lágrimas—ahora sabes todo, ¿Y que vas a hacer?, ¿Rechazarme?, porque ese es el motivo por el cuál no quería que lo supieras.

—Denki... Yo...—no mentire, aquellas palabras le dolieron al pelirrojo.

—Sueltame Eijirō, no quiero usar mi quirk— jaloneo un poco pero el agarre del pelirrojo no cedía.— kirishima.

—Déjame explicarte—el pelirrojo se levanto para acercarse al rubio sin soltarlo, este hacia todo lo posible por alejarlo pese a no poder debido a la diferencia de fuerza.

—No hay nada que explicar kirishima, ya se la respuesta así que por favor. Déjame solo—y dicho eso, soltó una descarga no tan fuerte para no dañar el teléfono, que hizo que el pelirrojo lo soltara, para así huir a los dormitorios.

—¡Denki!— se escuchó exclamar a Midoriya, quien corrió tras el rubio al ver la escena.

Eijirō se quedo ahí, de pie, esperando que alguien lo pellizcará y sacara de esa pesadilla, ¿Por que es tan difícil hacerle entender al rubio que quiere corresponderle?

Ah cierto.

Por que él no sabe que es lo que siente por Denki.

Un silbido lo saco de sus pensamientos.

—Oye eso debió doler— Sero miraba Eijirō, quien desprendía aun algo de electricidad.

—¿Donde esta Denki? Le conseguí el pudin que le debo— hablo la pelirosa animada ignorando la escena anterior, pero con inmensas ganas de golpear al pelirrojo por ser un idiota.

Sero habia hecho una pequeña cesta son sus cintas y ahí llevaban los pudines.

—Creo que fue a su habitación—hablo Eijirō fuera de si.— Midoriya fue con él.

—¡¿Eh?!, ¡¿Que Deku, que?!—grito el cenizo que antes se había mantenido callado y salio como una flecha de la cafetería hacia la habitación del rubio eléctrico

Detrás de él salio Mina, deslizándose con ayuda de ácido que salia de sus pies.

—¿Que fue lo que hiciste?—preguntó Sero palmeando el hombro del pelirrojo mientras se sentaban.

—Algo malo Sero. Algo muy malo.









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Notas- (Libro 2) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora