Capítulo 26: Doncel.

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Una semana después

- ¡A-Yi! ¡A-Yi!

Shao Li había vuelto de sus vacaciones. Tenía muchas cosas que contarle a su mejor amigo, así como de una noticia que se enteró recién gracias a su novia.

Entró en la casa de la playa con la copia de las llaves que tenía llevando un vestido veraniego y un sombrero de paja decorado con una cinta azul. Tras cerrar la puerta vio que Yibo no estaba en la planta principal.

- Hermanito, ¿dónde estás?

La idea de que estuviera en casa de sus padres o hubiera ido a comprar era lógica ante el silencio de la vivienda. Antes de irse o de decidir llamarlo al teléfono, subió por las escaleras dirigiéndose a su cuarto.

- A-Yi, ¿estás aquí? - golpeó la madera con sus nudillos. - A-Yi.

- Pasa - se escuchó decir levemente desde adentro.

La muchacha sonrió y entró con aire de diva mientras se quitaba el sombrero y se echaba el pelo hacia atrás.

- A qué no sabes lo que te he traído de...

Su oración se quedó allí cuando vio que el castaño estaba tumbado de lado abrazando sus rodillas y con una expresión deprimente.

- ¿Qué te pasa?

La chica se preocupó y se arrodilló frente a él para mirarlo a los ojos. Los del menor estaban bastante enrojecidos y acuosos, como si llevara llorando una eternidad entera.

- A-Yi, dime algo - acarició su mejilla pero no le respondió. - ¿Es por Zhan? ¿Tengo que pegarle? Porque lo haré el año que viene si es necesario.

- No... y sí.

- ¿Cómo? - el contrario no dijo nada. - Explícate, por favor. ¿Qué pasa con él?

- Zhan... Zhan se va a ir. Se irá muy pronto y no quiero - sollozó.

- Pero... ¿cómo que irse? ¿A qué te refieres?

- Solo... solo lo veré dos veces más - las lágrimas brotaron como lo llevaban haciendo todos esos días. - Luego se marchará para siempre... y... y no puedo hacer nada... nada.

En la garganta de Shao Li creció un nudo que tentó con hacerla llorar. Quería mantenerse fuerte por su amigo pero le estaba costando, no podía creer lo que sus oídos escuchaban.

- A-Yi.

Pronunció su nombre con tono dulce como lo haría una madre con su hijo. Tras esto se subió a la cama y lo abrazó por detrás acariciando su pelo. Le amargaba verlo así, siempre fue tan sonriente y divertido que ahora le dolía que estuviera llorando.

- Ya... ya.

- ¿Qué haré sin él? No puedo vivir sin él. No puedo. ¡No puedo! - se movió bruscamente pero ella lo retuvo.

- No llores, por favor.

- No quiero que se vaya. ¡No quiero!

A-Li sabía que el castaño estaba sufriendo una crisis y que si no lo calmaba podría perjudicar a su salud. Por eso no se separó de él y le brindó su abrazo para que se sintiese mejor con su calor. A los pocos minutos dejó de gritar y su llanto se redujo, su respiración se volvió más estable y la muchacha supo que se quedó dormido.

Sonrió tristemente y abandonó la habitación para preparar algo de comer para cuando despertase.

Al entrar estaba tan eufórica por contarle su viaje que no se fijó en que el salón era un completo desastre. Había hojas de un cuaderno arrancadas por todas partes, restos de goma y lápices partidos incluso por la mitad, y un libro abierto debajo de todo lo demás.

𝐴𝑙 𝑖𝑔𝑢𝑎𝑙 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝐿𝑢𝑛𝑎 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎 𝑎𝑙 𝑆𝑜𝑙 /Zhanyi/Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora