Capítulo 3: Continúa la historia, porfavor.

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El niño miraba por la ventana desde el sofá. El cielo estaba negro como la noche y la lluvia empapaba los coches y la acera.

- No me gusta cuando llueve.

- Pues a mí me encanta.

Llegó a la sala con una bandeja con batidos y galletas con chispas de chocolate.

- ¿Cómo te puede gustar? El día es muy triste y no puedo salir a jugar - se cruzó de brazos.

- Hay muchas cosas que se pueden hacer en un día como este.

- ¿Cuáles?

- Por ejemplo leer, dibujar, contar historias...

- ¡La historia! Sigue contándola, porfi.

- Oh, verdad. ¿Sabes por dónde nos quedamos? Hace una semana que no te la cuento.

- El niño conoció a otro en la playa y luego por poco lo pillan sus padres.

- Ah, sí. Ya recuerdo. Pues bien. El niño volvió a su casa tras esas pequeñas vacaciones.

- No, no. Por ahí no era.

- ¿Cómo que no?

- Noo. Los niños habían quedado en la playa el día siguiente.

- Sí.

- ¿Entonces cómo vas a continuar por la vuelta? No tiene sentido. ¿Qué pasó al día siguiente?

- Nada.

- ¿Cómo?

- No pasó nada. El niño de la playa no se presentó aunque el otro estuvo esperándolo todo el día.

- ¿De verdad? - dijo decepcionado.

- Así es.

- No entiendo. ¿Por qué no lo hizo? Pensé que se hicieron amigos y que quería jugar con él.

- En ocasiones lo que uno desea no se cumple. Hay muchos factores que condicionan las decisiones y la vida de las personas.

- ¿Y cuál fue el suyo? ¿Qué se lo impidió?

- Pues... esa será tu tarea para el próximo día que nos veamos.

- ¿Tarea? Ya tengo bastantes cosas que hacer - se quejó el pequeño.

- Esto te llevará poco tiempo. Además lo que te pido no es igual a hacer un ejercicio matemático o analizar una frase de lengua. Solo deseo que dejes volar tu imaginación.

- No tengo imaginación - dijo decaído.

- Si no tienes ahora con tu edad, ¿cuándo la tendrás? Recuerda: lentamente nos vamos convirtiendo en hadas de piedra. Queda en nuestra mano impedir eso.

- ¿Hadas de piedra?

- Las hadas son mágicas, seres fantásticos que salieron de la mente de alguien hace muchísimo tiempo. Todos podemos tener esa magia, esa imaginación para crear cosas nuevas pero a medida que vamos creciendo se va perdiendo. Nos van educando para seguir un solo camino, pero nosotros somos los que tenemos que salirnos de él e investigar otros. No dejes que te conviertan en un hada de piedra nunca. Que no te quiten el poder de pensar y de imaginar.

- Ujum, lo entiendo. Vale, lo pensaré para el próximo día.

- Así me gusta - le sonrió.

- Entonces... ¿qué sucedió cuando no vino?

- Bueno... mejor te lo explico desde el principio.

- Sí, sí.

- El niño se despertó muy temprano en la mañana aunque apenas durmió. Pensaba que cuanto antes se pusiera en pie antes vería a su nuevo amigo. Desayunó con rapidez y estuvo muy activo durante las horas posteriores. Sus padres se sorprendieron ya que no solía ser así. Casi siempre se sentaba a dibujar o a leer un cuento pero ese día no podía estarse quieto.

𝐴𝑙 𝑖𝑔𝑢𝑎𝑙 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝐿𝑢𝑛𝑎 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎 𝑎𝑙 𝑆𝑜𝑙 /Zhanyi/Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora