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Capítulo Catorce: Lemy, la princesita mimada
Al instante en que supieron las notas, Cashmere tomó a Kairo y Gloss a Cattilea para hablar sobre cómo actuarían en la entrevista que tendrían en tan solo cinco horas. La rubia quería que Kairo tomará el papel de chico coqueto, el atractivo, porque suponía que Enobaria haría que su tributo masculino fuera el inalcanzable, el gracioso rompecorazones que tenía confianza en sí como vencedor. Mientras, su hermano trabajaba con Cattia para que tomará el papel de chica bonita y misteriosa.
- Pensé que me pedirías que fuera infantil u algo así...
- Sería un desperdicio – respondió él con rapidez. Los ojos azules de la chica chocaron con los grises brillantes del mentor, la admiración desbordaba por los zafiros de la chica.
Gloss siempre sería el vencedor que admiraba, él en sus juegos había demostrado la ferocidad que tenían los del Distrito Uno. Gracias al rubio, había sacado fuerzas para superarse en los entrenamientos de la Academia y así aprender a usar las dagas y cuchillos. Debido a que quería superarse en los entrenamientos, logró continuar sin su hermana, sin su confidente más cercano. Él la ayudó, de una forma inconsciente, a continuar con su vida.
- Tus ojos son de un azul tan fuerte que antes no se había visto en los tributos de nuestro Distrito. Usaremos tus ojos, que son los que te dan el apodo de Princesa Zafiro, para atraerlos. Muchos dicen que los ojos son las puertas del alma, pero los capitolinos han comenzado a decir que algo te traes en manos, que tus puertas están cerradas de una forma misteriosa. Por lo que nos enfocaremos en el misterio que traen, así todos se enfocarán en ti.
