Capítulo Quince

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¡Ustedes la conocen

 como la Princesa Zafiro! 

¡Pero nosotros como 

Cattilea Romllow!

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Capítulo Quince: el no tan perfecto Finnick Odair

 Los ojos de ambos adolescentes no podían alejarse del rostro del contrario. Los dos estaban a centímetros del rostro del otro, sus respiraciones se mezclaban entre sí. Las mejillas de la niña de catorce se habían vuelto rojas ante la cercanía del vencedor, Finnick sonrió internamente al notarlo.

 Desde la perspectiva de Cattilea, podía notar todas las facciones del chico de piel tostada por el sol. Poseía una cicatriz pequeña en el borde de la ceja derecha y una en forma de cruz debajo de la boca, cerca del final de la mandíbula. Detalles que solo se podían ver cuando te acercabas lo suficiente.

 El cabello de Finnick estaba ondulado, como siempre, pero estaba arreglado con un poco de gel para que no se moviera y no se desordenará. Poseía un poco de barba rubia que casi ni se notaba a la distancia, algo que lo favorecía demasiado. Finnick Odair poseía una belleza que no todos los días encontrabas, al menos no en el Distrito 1, y Cattilea lo admitía.

 Ante la cercanía, lo que ella sentía antes se había incrementado. Su corazón latía con fuerza contra su caja torácica y los elefantes que tenía en su estómago no dejaban de moverse. Si no fuera por el agarre, sus piernas hubiesen fallado y la verían tirada en el piso.

 Nunca se sentía así, por lo que se sorprendía. Desde que conoció a Finnick y Ares, sus piernas temblaban y su corazón se descolocaba. Cuando estaba con el chico del Distrito 2, ganas de matarlo nunca faltaban por su forma de ser sarcástica e intensa, pero también iniciaba a bombear con fuerza su corazón y los elefantes comenzaban a molestar a su estómago cuando los ojos grises del chico la miraban.

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