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Capítulo Veintitrés: entre Sangre y Plantas
- Parte 1 -
Cattilea estaba sentada frente a la entrada de la Cornucopia, con sus piernas contra su pecho y sus armas a su alrededor. Entre el espacio que hacían sus piernas descansaban algunas manzanas verdes y tiras de carne seca.
Le tocaba la guardia del mediodía junto a su compañero ya que a Lemy le había tocado a la mañana. La misma en esos instantes se encontraba descansando entre unas cajas metálicas, donde antes dormía Ares. El cual se encontraba limpiando su herida con un poco de agua del río con ayuda de Kairo, quien vigilaba y amenazaba a los mutos con su arco cargado para así Ares sacaba agua para su herida.
- ¡Pero ten cuidado, idiota! – Cattilea levanto la mirada de las manzanas que estaba cortando con uno de sus cuchillos y posó sus orbes en sus dos compañeros ante el grito. Riendo al notar que se trataba de Ares que le gritaba a Kairo, que reía divertido – No me parece gracioso. Ese muto casi me come el otro brazo.
- ¿No que todo esto era un juego? – respondió con burla el rubio. Cattia sonrió con malicia al notar que su mejor amigo utilizaba las mismas palabras que el profesional para enfadarlo.
- ¡Dejen de pelear y vengan a comer! – les gritó al notar que al pelimarrón no le había agradado la bromita de Kairo.
Ares, que había dejado de fulminar al rubio con la mirada, volteó a ver a la jovencita y su rostro cambio por completo. Su ceño se relajó y sus grisáceos ojos comenzaron a brillar al verla. Con rapidez se alejó del río y comenzó a acercarse a donde estaba sentada. Ignorando a Kairo que estaba a sus espaldas, observándolo con diversión.
