Un amigo es aquel que a pesar de las distancias, sus corazones y sus pensamientos siempre están juntos sin importar el lugar donde se encuentren
Una mujer de ojos violetas observaba la luna llena, era su única confidente después de la ruptura de su escuadrón, después de la partida de sus amigos. En sus brazos una pequeña manta purpura cubría a un bebé de 2 meses, su pequeña y regordeta cara abrazaba de calidez el destrozado corazón de Yu.
Sus ojos se posaron nuevamente en la Luna, a quien le había preguntado una y otra vez ¿Donde estaba ella? ¿Cómo estaba su Cangse? el abrazador frió de la soledad le había acompañado durante las encadenadas semanas.
En el exterior mostraba el rencor que guardaba a la pareja de prodigios desde aquel día, pero en él interior de su más recóndito ser lo único que realmente detestaba era estar lejos de su amiga, de su familia, lo único que verdaderamente odiaba era no haber escapado con ella. Por ello cada noche observaba a la Luna, pidiéndole que llevase un claro mensaje a los oídos de esa chica alegre "te esperare con la puerta y mis brazos abiertos, ésta vez yo te protegeré."
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por los pequeños sollozos de una niña de 3 meses, una que se vio apaciguada ante los mimos de su papá. La ahora Madam Yu tenía a una nueva familia a su lado.
....
Cerca del lago en Grandi meravigle el frió viento sopló los túnicas blancas de una mujer, con su tez blanca sonrojada por el helado clima mientras sumergía los pies al agua, la luna también se había convertido en su única compañía.
En el pastizal dos pequeñas mantas reposaban a dos pequeños bebés cual hermosos y prolijos cómo el jade, tan parecidos que aparentaban ser tallados a mano por el mismo Dios. Una sonrisa melancólica se formo en aquellos rosados labios, mientras acariciaba las suaves mejillas blanquecinas de los pequeños.
Le dolía saber que tenía que entregarlos a manos de alguien más, le quemaba sólo poder tenerlos en manos unas cuantas veces al año, pero la luna enviaba una sinfonía a su corazón, susurrándole que todo estaría bien. Una estrella en el cielo era especialmente el hombre a quien amo, quien se encargaba de cuidar a su destrozada familia.
Un joven Qiren de cara inquebrantable observaba la escena, cómo si le asegurase a su estrella gemela que el se encargaría de cuidar lo que alguna vez le hizo sonreír.
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Bajo el gran resplandor de la Luna los gritos de una mujer cesaron con el lloriquear de un bebé, su nacimiento era presenciado por la luz nocturna, era bendecido por el esplendor de las estrellas.
El prodigio sostuvo entre sus manos la pequeñita figura manchada de sangre, cubriendo su frágil ser con un manto negro, la mujer derrotada esbozó una pequeña sonrisa a su esposo.
Fueron los meses más difíciles de sus vidas, llenos de incertidumbre, de culpa, cual atribuyeron durante semanas al pequeño que crecía en aquel vientre inmaduro. Pero ahora, teniendo entre sus brazos a un ser tan frágil e indefenso ¿cómo podrían inculparlo? ¿cómo podrían haber dudado de amarlo?
La luna les estaba regalando una nueva razón de vivir, una oportunidad, el cielo les extendía el maravilloso regalo de ser padres, de formar una familia y honrar a la que se abandono.
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Es un capitulo cortito, pero debo admitir que me agrado, ¿qué piensan ustedes?
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White eyes
Ciencia FicciónUna guerra me volvió así, nos transformo en esto, quienes son normales, nos dirían poderosos, grandes, magnos e intocables, e incluso se embelesan observándonos, cada lucha les hace pensar a esos impuros humanos que somos la salvación después de la...