Capitulo 9 No soy un prodigio

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La vida valdrá la pena mientras haya en el mundo seres capaces de hacer magia cuando profesan una pasión.

Un oji gris abría sus ojos sintiendo la humedad en sus túnicas de dormir, la tierra bajo sus pies desprendía el agradable olor que la lluvía dejaba con su llegada, los arbustos a su alrededor dejaban caer pequeñas gotas del roció que aún se mantenía en cada hoja, y la brisa fría pegaba en su rostro, dejándole con la inquietud de si realmente se encontraba de nuevo en algún extraño sueño lúcido.

El pequeño Wei buscaba a su alrededor algún ruido ajeno al de la naturaleza que le consumía, rogaba que ésta vez en la lejanía no hubiese una extenuante y peligrosa pelea, pero no podía ser, no debía ser, ésta vez el escuadrón estaba en el conjunto, en ésta ocasión no durmió pensando en ellos, incluso recordaba haber dormido en la calidez de la cama de Lan Zhan, justo cómo lo ha hecho desde la semana anterior.

Sus pies descalzos emprendieron el paso adentrandose de apoco en aquel extraño paisaje, sólo los ruidos de la naturaleza hacían presencia, y un silencio perturbador, que a los minutos o quizá horas se vió perturbado por la dura voz de una mujer.

-¡Song Lan! ¡Xiao Xing! los traje únicamente a ustedes para que dejen de hacer esa tontería!

-Madam...- respondía un chico de túnicas negras y ojos olivo.

-No quiero que me llamen Madam Yu sin antes mostrarme su verdadero potencial- La mujer se abstuvo de gritar para tomar una respiración profunda y continuar con un tono mucho más ameno.

-Escuchen, yo se que su amistad es realmente fuerte, Dios... incluso les he dejado romper una tras otra regla, sin embargo, les prometo que yo misma me encargare de darles un castigo si siguen preocupándose por el otro antes de preocuparse por si mismos.

-Madam Yu, nuestro poder debería de servir para salvar al prójimo, y si un día, tengo que dar la vida por salvar a Xiao Xing, lo haré - comentó de nueva manera aquel que respondía al nombre song Lan.

-Madam, seguimos las reglas cuales creemos prudentes, pero no me pida salvar mi vida a costa de abandonar a un compañero en la guerra. Mucho menos dejaría atrás a Song Lan.- Un chico de túnicas azules y blancas se unió a la conversación, siendo éste Xiao Xing.

-Maldita sea... -La mujer bufo, exasperada de aquellas blandas ideas. - Los de su tipo, aquellos dueños de un corazón tan apacible únicamente encuentran un camino, y ese es el de la muerte, ustedes quienes creen poder salvar a los otros siempre dejan un maldito vació a quienes quedan atrás, todo por mantener la felicidad de los otros, no crean que por dar su vida salvaran la pena de quien quedara en este mundo, ustedes únicamente crean cascarones de sentimientos rotos y vacíos.

Un hombre que mantenía su presencia casi invisible debido a su gran silencio detuvo el discurso de Yu Zi

-Mi señora, no diga cosas de las que se arrepentirá- exclamo el hombre de túnicas moradas y ojos lila haciéndose notar en el lugar, mientras se colocaba delante de la mujer.

-Feng Mian, ¿arrepentirme!? Porque me he de arrepentir de la verdad?

Aquel hombre irrumpió a la mujer moviendo su vista a los dos jóvenes de aproximadamente 20 años.

-retírense, diríjanse a maravigle, vigilen que nadie del escuadrón lotus este fuera del conjunto.

-si señor- respondieron al unísono huyendo a una velocidad impresionante.

-Mi señora, debe dejar atrás lo que le sucedió a nuestro escuadrón.-de nueva cuenta su vista se dirigia a madam Yu

-¿dejarlo atrás!?  Esos niños se comportan como Qingheng lo hubiese hecho.- la expresión de madam cada vez se volvía más oscura, destrozada, como si cada palabra la estuviese rompiendo por dentro.

White eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora