foto: veintiuno

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Fred despertó, recordando que Freddy no había hablado con él. Y odio haber abierto los ojos.

Se dió vuelta en la cama, era sábado y casi no le quedaba tarea, así que decidió descansar.

Volvió a dormir dando vueltas y vueltas en la cama hasta que despertó al escuchar que tocaban y tocaban la puerta.

Cómo el sonido no cesaba fué a abrir. Pensaba que era un vendedor ambulante o algún tipo pidiendo ayuda de casa en casa.

Bajó las escaleras con el cabello hecho un lío, la cara aún adormilada, la camisa mal fajada en la pantalonera también mal ajustada.

Abrió la puerta entre cerrando los ojos por la cantidad de luz que había ahí.

Freddy se encontraba frente a él, llevaba dos bolsas llenas, pero no sabía de qué. Por un segundo sintió una oleada de emociones, emoción, vergüenza, enojo y tristeza.

— Freddy...

— Hola, ¿seguías dormido? lamento haberte despertado.

— Yo... Estaba descansando de la tarea y la escuela... ¿Que haces aquí?

Freddy levantó las bolsas grandes y pesadas que llevaba; — Te traje la comida, y el resto del día en estás bolsas. Te envié un mensaje, supongo que no lo viste.

Fred revisó su teléfono, había una foto de él en el autobús; Voy a tu casa. Decía.

Día uno (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora