día diez

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Las manos de Fred siempre se habían sentido frías. Igual que el clima.

Fred era como una montaña nevada, fría y peligrosa. Pero disfrutando de ella, del frío que te hacía agradecer llevar puesto un abrigo grande y unas botas con calcetas afelpadas.

Él era como una montaña nevada, con enormes pinos hermosos y con animales que se adaptaban a vivir ahí.

Él era frío, pero cuando estaba conmigo era como si hubiese una cabaña cálida en la montaña nevada, podías pasar el día ahí, calientito por la fogata de la chimenea, pero afuera la tormenta seguía.

Y seguía.

Y seguía.

Día uno (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora