foto; cincuenta

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Podía sentir recostado así su corazón palpitar, se extendía a todo su cuerpo. La oscuridad de la habitación y la misma melodía de siempre a la que estaba tan acostumbrado.

Si no tuviera los audífonos puestos solo escucharía un pitido constante que se crea en casa cuando hay un completo silencio tanto por fuera como por dentro.

Eran las cuatro de la mañana, no entienda porque no podía simplemente dormir sí Freddy se lo había pedido una infinidad de veces.

Se sentía culpable por no poder cumplir su palabra ante Freddy, por llevar varios días ingiriendo una cantidad casi nula de comida.

La idea de terminar con todo daba vueltas macabramente en su cabeza, y solo por un segundo quiso ser alguien más, para no tener sus pensamientos.

Solo por un segundo necesitaba de manera desesperada a Freddy, tenerlo frente a él y decirle que lo amaba y que era su única razón para seguir.

Pero eran las cuatro de la mañana.
Freddy estaba dormido a esa hora.

¿Por qué simplemente no lo haces, Fred? Se preguntaba a sí mismo una y otra vez. Temiendo de si mismo.

Día uno (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora