día trece

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La carta estaba arrugada en la esquina del escritorio, de tanto ser usada, leída y estrujada.

Solo se alcanzaba a divisar la poca tinta divisible en la hoja de papel delgada y vieja.

Había ropa por todos lados, la cama llevaba semanas sin haber sido hecha. El escritorio era el único lugar donde no había tantas cosas puestas por montones, en cambio solo podías ver una computadora con pegatinas de series animadas y plantas como hongos y flores, varios vasos vacíos y una que otra cuchara.

Había una libreta, alginosnlapi es de colores y plumas desgastadas. Y justo en la esquina la carta, siempre la carta en ese mismo lugar.

Día uno (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora