foto; cincuenta y ocho

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Esa noche comenzaban las vacaciones de verano, el momento que todos los estudiantes esperan, y Freddy no era ala excepción.

Estaba feliz de por fin poder disfrutar de unas largas vacaciones en las que no haría nada más que descansar y dormir en casa de Fred.

Eran quizá las once de la noche Freddy mandaba mensajes a su novio y esperaba pacientemente que él los respondiera.

Hoy puedo dormir hasta tarde, podemos hacer videollamada si quieres, hay que vernos pronto corazón. Decía el último mensaje que Freddy le había mandado a su novio.

Espero una, dos y tres horas a qué él respondiera.

Nada.

Esto hizo poner a Freddy sentimental, nunca dormía tarde y ahora que podía parecía que su novio no tenía intenciones de pasarla con él.

Se recostó en su cama con el teléfono en manos pasando de aplicación en aplicación por sí su novio contestaba sus mensajes.

Poco a poco se fue aburriendo, cerró los ojos con tranquilidad sentía que poco a poco el sueño se apoderaba de él.

A las 2:30 de la madrugada su teléfono sonó, una notificación había llegado.

Sus ojos se abrieron lentamente y por unos segundo pensó en no revisar su celular, per lo hizo, era un mensaje de Fred.

Estoy tan cansado, Freddy.

Decía. El castaño se alivió por un momento al ver qué probable su novio estaba dormido después de haberse desvelado tantas noches.

Justo cuando estaba por decirle que no se preocupara y volviera a dormir otro mensaje apareció en la pantalla.

Soy completamente tuyo Freddy, lo fui en este vida desde el momento en que te vi, y o lo seré en todas las que sigan.
Te amo más que la última gota de agua potable en el mar, porque el mar está lleno de agua, pero esa agua no se puede beber, ¿entiendes?

Freddy estaba confundido, pesaba que haber utilizado sus palabras era romántio, pero quizá no lo era tanto.

¿De que hablas Fred? Yo también te amo, ¿Estás bien? ¿Que sucede?

Todos los sentidos de alerta en Freddy estaban encendidos, su corazón latía con rapidez, era casi doloroso.

Si estaba somnoliento ahora estaba más despierto que un atleta después de realizar sus ejercicios diarios.

Los mensajes no llegaron de nuevo. Freddy marcó el número de Fred y este no le contestó. Una, dos, tres, cuatro y cinco veces el teléfono nunca era descolgado.

El pánico se apoderó de Freddy.

Miraba la pantalla con el chat abierto esperando siempre a un mensaje.

Freddy, te amo tanto, por favor perdóname, te juro que estaré contigo siempre y te buscaré en todas las vidas que tenga. Tienes lo mejor de mi, Freddy. Mi amor.

Día uno (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora