La boda de su Alteza Real (II)

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Estoy en el auto con mis padres intentado no morir de los nervios y siento como casi dejo de respirar cuando el auto se detiene en frente de la iglesia donde veo a mis damas de honor esperarme para comenzar con la boda.

Mis padres se bajan del auto a la par de que el chófer rodea el auto y camina hacia mi puerta abriendo, creo que necesito un momento antes de bajar del auto porque creo que voy a tener un ataque de pánico y creo que nadie quiere ver a una novia histérica. 

_ Venga cariño, nos están esperando, no se puede tener una boda sin la novia.

Lo sé,  pero no se qué es lo que me está pasando, Paul y yo tenemos casi dos años saliendo, a demás tenemos un hijo no se porque siento como si esta boda fuera cambiar las cosas, es solo formalizar nuestra relación y nuestra familia, pero... no me gusta tener la mirada de todo mundo encima, tendremos una boda pequeña y privada pero eso no me hace sentir menos ansiosa.

_ Alice...

_ Ya te escuché. 

Tomo la mano de mi padre que me ofrece y bajo del auto suspirando intentando dejar los nervios para otro momento, doy unos pasos y de inmediato mis damas se acerca para acomodar la cola del vestido mientras yo no puedo dejar de ver la entrada de la iglesia, todo va a estar bien, es solo una fiesta. 

Subimos los escalones de la entrada y veo como mi cortejo nupcial entra mientras yo solo aplasto la mano de mi padre quien solo me sonríe, mis  nervios están convirtiéndose en ansiedad de que ya empiece la ceremonia para casarme y regresar a casa, eso es todo lo que quiero. Cuando es el turno de papá y mío de caminar por el pasillo doy un último suspiro y levanto la cabeza en señal de seguridad,  he pasado por varias cosas para poder llegar a aquí,  si alguien tiene una queja creo que puede decirlo después de que me case, hoy es mi día y voy a comenzar a disfrutarlo.

Papá y yo comenzamos la caminata por el pasillo donde todos nos ven y por un momento el mundo se detiene, por un momento no hay nadie con los ojos puestos en mí esperando cualquier tontería, por un momento solo hay un par de ojos verdes y una gran sonrisa a la espera de que termine mi recorrido entre las flores y llegue a su lado, siento como si todo se hubiera detenido y yo estuviera flotando hacia mi futuro esposo, por un momento puedo dejar de sentir todos esos nervios ridículos y puedo sonreír sinceramente al ver al hombre que me ha amado como nunca lo habían hecho,sin duda estoy lista para esto.

Papá y yo llegamos al final del pasillo y siento como podría derretirme cuando Paul me ofrece su mano, le doy un abrazo a papá y luego tomo la cálida mano del amor de mi vida dándole una sonrisa, estoy lista para esto; me paro a lado de mi prometido y sonrio cuando el predicador comienza a hablar dándonos la bienvenida, se que debería de apreciar cada momento de la ceremonia pero no puedo evitar que mi mente comience a divagar en recuerdos divertidos con el hombre que está a mi lado sosteniendo mi mano.

Paul Poulsen es el hombre que no esperaba y que realmente no quería en mi vida, ahora que lo pienso no es como si yo hubiera podido haber hecho algo realmente, solo recibí esa carta y al día siguiente estaba teniendo una cita realmente incómoda, si hubo alguien que no tuvo que ser persistente para tener lo que quería sin duda es mi prometido, cuando más lo pienso siento que las cosas solo se dieron como debían pasar, nos conocimos, quedé embarazada y en mi mente ya tenía todo un plan para mi vida y de repente Paul volvió a arrasar con todos los planes de mi vida diciendo que me amaba y que quería estar conmigo,  cuando comenzamos  salir las cosas se dieron tan naturales y... no hay mucho que decir, ahora estamos aquí rodeados de nuestra familia y con nuestro hijo a punto de casarnos; este hombre puso mi vida de cabeza.

_ Ahora le pido a ustedes que se pongan de frente y se tomen las manos.- Paul y yo lo hacemos y sonrío cuando me guiña.- Alice Andersen, ¿aceptas a Paul Frederick Poulsen, Conde de Monzepat y príncipe de Dinamarca, como tu esposo, para vivir con él según la ordenanza de Dios?¿ Lo amará, honrará y consolará, en salud, en enfermedad, en lo prospero y en lo adverso, renunciando a todos los otros y te conservaras para él solamente mientras vivan?

Puedo ver los nervios de Paul y eso realmente me hace sonreír,  después de todo lo que hemos pasado estaría loca para decirle que no a la persona que más amo en este mundo.

_ Sí, acepto.

Él le da un ligero apretón a mi mano y noto visiblemente como sus hombros se relajan, bueno, se que me escapé en nuestra primera noche, pero no puede esperar que salga corriendo en medio de la ceremonia, no lo haré, aunque suene divertido. 

_ Paul Frederick Poulsen, Conde de Monzepat y Príncipe de Dinamarca, ¿aceptas a Alice Andersen como tu esposa, para vivir con ella según la ordenanza de Dios?¿ La amarás, honrarás y consolarás, en salud, en enfermedad, en lo prospero y en lo adverso, renunciando a todas las otras y te conservaras para ella solamente mientras vivan? 

_ Sí, acepto.

El predicador sigue con una oración y yo todo lo que puedo hacer es ver nuestras manos unidas mientras parpadeo rápido para evitar lagrimear, no se por qué, pero estoy comenzando a ponerme sensible. Nos indica que digamos nuestros votos y en ese momento creo que realmente me voy a quebrar en frente de todos.

_ Yo, Paul Poulsen, me entrego a ti, Alice Andersen para ser tu esposo, prometo amarte, honrarte y sostenerte en gozo y en tristeza, en salud y enfermedad, prometo proveerte a tí y a nuestra familia seguridad, fortaleza y felicidad a  nuestro hogar  prometo sostenerte cuando las cosas sean difíciles, prometo que cada día que pasemos sea mejor que el anterior, así como prometo amarte cada días más hasta que Dios lo quisiese y hasta el último de mis días. 

Todas estas palabras viniendo de él,  de la persona que siempre quiere decirme cuanto me ama pero que realmente es de pocas palabras me hicieron  sonreír y soltar una que otra lágrima, realmente amo a este hombre y deseo con todo mi corazón que esto sea un felices para siempre y que podamos estar muchos años juntos.

_ Yo, Alice Andersen, te tomo a tí, Paul Poulsen como mi esposo en lo bueno y lo malo porque no puedo prometerte que no habrá días malos, pero te prometo que siempre estaré ahí sosteniendo tu mano, prometo abrazarte con ternura y tener la paciencia que el amor exige así como prometo hacer de nuestro hogar un lugar de felicidad para ti y para nuestros hijos, todo esto y más hasta el último de mis alientos. 

Eric y Olga se acercan con los anillos y yo solo agradezco con la cabeza levemente, creo que esta historia de amor no hubiera sido igual de divertida sin ellos en ella.

Paul toma una argolla sencilla de oro y me da una de esas sonrisas que puede hacerme temblar, desliza el anillo por mi dedo y luego besa mi mano.

_ Acepta este anillo como símbolo de mi amor y fidelidad.

Tomo el otro anillo del pequeño cojín y sonrio deslizándolo por su dedo.

_ Acepta este anillo como símbolo de mi amor y fidelidad. 

Volvemos a voltear al frente pero yo no puedo dejar se sonreír como boba de felicidad, no puedo creer que sea la esposa de este hombre maravilloso que hace todo por hacerme. 

_ Por el poder que me concede la iglesia y con la bendición de Cristo, acepten la vida y sean pacientes, sean tolerantes el uno con el otro ,sean bondadosos de corazón y vivan en armonía, así que sin más, yo los declaro marido y mujer, que lo que a unido Dios no lo separe el hombre, puedes besar a la novia.

Nos ponemos de frente y sonrío mientras Paul levanta el velo par acercarse a mí,  pasar sus brazos al rededor de mi cintura y me besa mostrándo el amor que sentimos el uno por el otro mientras escuchamos los aplausos de fondo.

Nos separamos y sonrío cuando pega su frente con la mía mientras acaricia mi mejilla.

- Damas y Caballeros, les presento a sus Altezas, el señor y la señora Paul Pousen.

AliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora