Alicia

15

- Hola, cariño, no sé cómo empezar, sé que estás haciendo lo mejor que puedes, pero por favor, despierta, no puedo estar sin ninguno de mis niños.

Me recargo en la pared y veo a Eric, se suponía que él iba a traerme cuando no hubiera nadie y me trajo en el peor momento, su madre, la Reina, una mujer que me desprecia, está en esa habitación y saldrá en algún momento y yo no quiero discutir hoy, no pude dormir en toda la noche y en la mañana todo lo que comía me hacía vomitar así que estoy con un humor de perros.

Eric camina a donde estoy y se sienta a mi lado.

- Realmente no sabía que ella iba a estar aquí.

- Puedo volver en otro momento, Eric, realmente no me siento bien y...

- Tu no vas a ir a ningún lugar.

Ambos volteamos a donde proviene la voz y siento como mis nervios aumentan cuando aparece el Rey con Tom detrás de él; Eric y yo nos ponemos de pie y hacemos una reverencia para luego quedarnos callados frente a él.

- Señorita Andersen, lamento todo lo que ha estado pasando con mi esposa, tengo que admitir que es una persona muy difícil, pero ella en este momento está destrozada por lo que ha pasado con Paul.

- Lo sé, Majestad, por eso creo que debería de volver en otro momento.

- Bueno, yo no estoy de acuerdo, y no te hablo como Rey, lo hago como el padre de Paul, estoy seguro de que ese bebé tiene que estar con su familia, y nosotros somos parte de ella, y usted señorita, tiene que estar al lado de Paul para lo que sea necesario, yo puedo lidiar con mi mujer, pero por favor, quiero que estés con él.

Pero por que nadie puede escucharme, solo quiero estar tranquila y no quiero estar en medio de un drama familiar, en este momento no importan mis sentimientos sobre Paul, la verdad es que ni siquiera somos nada asi que realmente no es necesario que discutan si técnicamente solo soy la chica que quedó embarazada de su hijo.

Eric y yo volvemos a tomar asiento y volteo a verlo, puedo notar a leguas que está agotado, pero no sé porque está todos los días aquí, creo que tienen suficientes familiares como para que él siempre este aquí.

- ¿Dónde está tu hermano?

- ¿Klaus? No tengo idea, el debería de estar aquí, él es el culpable de todo esto, debería de estar pegado a esa maldita silla hasta que despierte.

Ya entiendo a lo que se refería Paul cuando dijo que eran una familia muy distanciada y que si no fuera por Eric él ni siquiera estuviera viviendo aquí.

La puerta se abre y los Reyes salen de la habitación en silencio, la Reina repara en mí y me ve molesta, justo lo que no quería esta por pasar.

- No sé qué haces aquí, pero ya te puedes ir.

-  Yo...- Que mujer tan difícil ¿si quiera tiene corazón?

- Ella no va a ir a ningún lado Margaret.

- Yo soy la madre de Paul, puedo decir quién puede y quien no entra a verlo.

- Y yo soy tu maldito Rey, ahora ve a casa a buscar a tu hijo y tráelo aquí.

Wow. Es todo lo que puedo decir, ese hombre ni siquiera tuvo que alzar la voz para imponerse sobre su mujer (creo que viene con el papel de Rey). Su esposa lo ve molesto pero camina hacia el elevador con un hombre de seguridad siguiéndola, las puertas se cierran separándonos y de inmediato puedo sentir el cambio de ambiente.

Eric se levanta de su silla y camina a donde está su padre golpeando su hombro riendo, ¿acaso alguien puede reír cuando acaba de pasar algo como esto?

- Vaya, viejo, aun no pierdes el toque.

Su padre lo ve molesto y a mí se me escapa una pequeña risa haciendo que el Rey voltee a verme haciéndome sonrojar.

- Bueno, me alegro que alguien se la pase bien con mis discusiones maritales, espero verlos a ambos en la misma situación.

¿Yo con discusiones maritales? ¿Con Paul? Sin duda ganaría pero ellos no necesitan saber eso en este momento.

- Alicia, por favor, sé que has estado haciendo viajes de una hora y media solo para ver a Paul, así que pasa, puedes quedarte todo el tiempo que quiera, si necesitas algo, Tom puede ayudarte.

- Gracias, Majestad.

Paso a lado de ellos y entro a la habitación que sigue con esa iluminación baja que le da a la habitación la sensación de calidez.

Me acerco a la cama y veo a Paul sonriendo, le han quitado el respirador y ahora solo parece como si estuviera dormido, y eso hace que mi corazón no duela tanto cuando lo veo.

Acaricio su mejilla y luego me acomodo en el ya no tan cómodo sillón en el que he estado tres días en silencio solo viéndolo, aun no sé qué voy a decirle cuando lo vea, como voy a explicarle cuando despierte que es lo que hago ahí cuando le dije que lo nuestro ni siquiera tiene futuro, además, tengo dudas, no sé porque esa Duquesa ni siquiera ha venido una vez (o eso es lo que tengo entendido).

- Hola, Paul, ahora no tengo mucho que contar, tu hijo volvió a causarme nauseas después de casi un mes cosa que me tiene molesta.- Claro que no con él o si no que madre seria.- Mmm, realmente no tengo nada que contar, mis padres esperan que te recuperes y mi padre me dijo que tiene una larga charla pendiente contigo, no creo que hable en serio.

Veo todas las flores en la habitación y arrugo la nariz, el aroma es nauseabundo, siento como si estuviera en una florería, me levanto del sillón y camino a la ventana, hay probablemente tres o cuatro reporteros que están todos los días ahí afuera esperando a que alguien de un anuncio sobre cómo esta Paul, lo que más me sorprende es que solo me han mencionado una vez en las noticias y es porque creen que estoy saliendo con Eric, cosa que es divertida.

- Creo que ya te había comentado que me llevo bien con tu hermano, es un tipo divertido, creo que somos amigos, o probablemente solo me lo imagino porque necesito una tabla de salvación.

Volteo a verlo y suspiro, llevo tres días hablando con el como si fuera a tener una respuesta y me duele que cada vez sienta menos esperanza de que vaya a responderme.

- No sé qué piensa tu padre de mí, creo que solo me acepta porque voy a tener un bebé, aunque realmente no sé si está feliz con esa idea.

Es tan agotador hablar sin respuesta porque ya no sé qué contarle, aquí él haría un comentario que no entendería para nada y luego lo vería raro y él se quedaría callado.

- Espero que despiertes pronto, voy a cumplir cinco meses de embarazo pronto, no tengo idea de que es lo que estamos teniendo y estoy asustada, mi madre ha comenzado tejer como una máquina, no sé cómo decirle que un bebé no necesita tantas mantas, intente convencerla de que quisiera una para mí pero ella solo dijo que yo podía comprarme una, vaya madre que tengo, muero por que la conozcas, creo que se llevaran bien, también tienes que conocer a Olga, ella tiene tantas preguntas por hacerte que creo que ella será más dura contigo que mi padre.

Escucho una risita y volteo a la habitación, no hay nadie así que corro a la cama para ver a Paul, ¿Está despertando?

-  ¿Fuiste tú, Paul?

Veo como sus ojos se mueven bajos sus parpados, pero sigo sin moverme, no entiendo que es lo que está pasando, pero creo que está despertando, por favor, Dios, solo pido una cosa y es que no me haya vuelto loca con este silencio que ya me estoy imaginando ruidos y todo.

-  ¿Paul?

- No puedo creer que no puedas dejar de hablar y conmigo siempre estabas en silencio.

¡Gracias Dios!