CAPITULO 1

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Christian

Mi padre me ha insistido en que le dé un puesto como pasante a mi supuesta hermana, Anastasia, quien ya ha terminado la Universidad luego de cuatro años lejos.  No sé de qué puede servir una graduada en literatura inglesa en mi empresa, además, la última vez que la vi era una niña loca que huía dejando a mi madre y a toda la familia, triste y desconsolada.  Aun no entiendo por qué le tienen tanta consideración, si a ella no le interesa.  Pero así es mi familia.

Desde ese día no volví a saber de ella, aunque no me esmeré siquiera en preguntarle a mis padres ni a mis hermanos sobre lo que pasó ese día.

Andrea me anuncia la llegada de una Anastasia Steele, pero yo estoy esperando a Anastasia Grey.

¿Por qué se habrá cambiado el apellido? ¿Tanto odio siente hacia mi familia?...

Le digo a mi asistente que la haga pasar, quiero saber qué es lo que pasa con esta extraña niñita.  ¿Me pregunto si mis padres sabrán que ella se cambió el apellido?

Aparte del mal humor por tener que atender a mi “hermana”, no he tenido una sumisa desde hace más de un mes y siento que necesito desahogarme.  Necesito hablar con Elena, de verdad estoy aburrido, igual que el aburrido cielo de Seattle que se cierne sobre nosotros en esta tarde.  He podido estar más tiempo sin una sumisa, pero hoy, especialmente, me siento algo inquieto.  Necesito sacar lo que tengo en mi cabeza.  Las constantes pesadillas nocturnas no ayudan a mi actual locura, pero las interminables presiones de mi empresa, junto a las sesiones de ejercicio, me mantiene en mi lugar.  Aun así, parece que pronto dejará de ser suficiente.

Tocan a la puerta y Andrea la hace pasar inmediatamente.  Levanto la mirada de mi computador y me sorprendo al ver unos ojos azules luminosos, claros y serios que se encuentran con los míos y me dejan petrificado.  Son de un azul nítido y cálido, durante un momento horrible me siento como si pudiera ver a través de mí.  Me siento... expuesto.  

Qué desconcertante.  Tiene cara pequeña y dulce, veo que se ruboriza con un inocente rosa pálido.  Me pregunto qué tal se verá su piel pálida después de azotarla con una vara.

Joder Grey, ¿qué estás pensando?  Sería como ver a Mia.

Pero no puedo dejar de comprobarla.  Su ropa es sencilla, aunque no tanto como la última vez que la vi.  Lleva unos sencillos jeans que se ciñen a esas provocativas caderas.  Como se nota que ha crecido.  Definitivamente, nunca miraría a Mia de esta manera.

Sacudo mi cabeza levemente y ruedo los ojos por esos estúpidos pensamientos, los cuales, deberían ser lo último que debería tener hacia ella.

Empecemos de una vez por todas para que se largue.  Necesito recuperar mi control y sacarla de una puta vez de aquí.  No me está gustando el camino que están tomando mis pensamientos.  La hago pasar y no puedo dejar de mirarla, es atractiva, dentro del tipo desgarbado, menuda y pálida, con una melena color caoba, una chica morena tal como me gusta llevar a mi cuarto de juegos…

¡Basta ya, Grey!

⎯Entonces, ¿Anastasia Steele?

⎯Si, pues... ⎯Por lo menos tiene la decencia de parecer avergonzada⎯. Así me llamo.  Decidí seguir con mi verdadero nombre ⎯concluye más segura y parece haber recuperado su estabilidad.

⎯¿Y eso por qué? ¿Tan malos te parecemos los Grey?

⎯No tiene nada que ver con eso, Señor Grey.  Además, eso sólo me concierne a mí, ya soy mayor de edad y puedo llamarme como quiera.

Vaya, que es toda una guerrera, no sería una buena sumisa

¡Igual es tu hermana Grey!

Pero no de sangre.

⎯Tienes razón, no es de mi incumbencia.  Entonces Anastasia, ¿por qué quieres trabajar en Grey Enterprises?

⎯La verdad, es que no quiero.  Sólo vine porque Carrick me insistió en hacerlo, pero todavía me hacen falta dos entrevistas en lugares que sí me interesan.

⎯Que pérdida de tiempo eres... ⎯suelto irritado por perder mi tiempo cuando tengo mejores cosas que hacer, que mirarle el culo a mi supuesta hermana⎯. ¿Y qué es lo que te interesa? ⎯Muerde su labio inferior y muero por ser yo quien lo haga.

Bien.  Esta mierda no es normal.

⎯Sí, lo sé, y lo siento.  Será mejor que me vaya. ⎯Se ve triste por una extraña razón que no logro comprender y no sé por qué me siento mal por hacerla sentir de esa manera.

⎯Espera.  ¿Dónde te estas quedando en Seattle?

¿Qué te pasa Grey? Deja que se vaya, ni que fuera una persona agradable o pudieras conseguir algo de ella.

Eso fue extraño, incluso para mí.  ¿Desde cuándo me interesa lo que le pase?

⎯Vuelvo a Portland, mañana regresaré para mis otras entrevistas.

⎯¿Y por qué no te quedas?  Te puedes quedar en mi apartamento, tengo suficiente espacio y después de todo somos hermanos.

⎯Ja... Si claro ⎯susurra con ironía⎯.  No creo que sea una buena idea, además no traje ropa para quedarme.

⎯Déjame ayudarte.  Sé que odias a mi familia, pero por algún desconocido motivo, ellos te quieren. ⎯¿Qué le sucede? ¿Ahora por qué llora?  Que desconcertante mujer.

Si Grey, es una mujer.
Seca rápidamente el par de lágrimas que se le han escapado y parece enojada por ello.  Le afecta el tema de mi familia, eso lo puedo ver, pero, ¿por qué se comporta con ellos con indiferencia?  Es incluso, peor que yo.

⎯Aceptaré tu oferta ⎯dice carraspeando y eso me confunde cada vez más⎯, sólo será por una noche y mañana temprano me iré.  Gracias por tu ofrecimiento.  Eres muy amable.  Y para que sepas, no odio a tu familia, es sólo que yo no soy buena compañía y no quiero complicarles la vida ⎯dice mientras seca otra lágrima.

⎯¿A qué te refieres?

⎯Nada, son cosas mías.  No quiero hablar.

La miro entrecerrando mis ojos, pero me convenzo de que tengo que averiguar lo que sucede con ella.  Su comportamiento es distinto a las chicas de su edad.  En los pocos minutos que lleva sentada frente a mí, ha sonreído, ha llorado y se ha irritado. Esconde algo y quiero saber qué es.

⎯Está bien, abajo te estará esperando mi chofer, se llama Taylor.  Él te llevara a mi apartamento.  No te preocupes por mí, siempre llego tarde de trabajar, así que estarás cómoda.

⎯Gracias por todo y por favor no le digas a Carrick que no quise el trabajo, no quiero seguir decepcionándolos y tampoco le digas que me cambié el apellido.

Conociendo a mi padre, ya debe saberlo.  Y por la manera de ser de Anastasia, lo más probable es que no quiera enfrentarla como lo hace conmigo.

⎯Está bien. ⎯Tengo que averiguar lo que sucede con esta niña, parece que lo de ella es algo más que rebeldía.

Me levanto cuando ella lo hace y camino un par de pasos detrás de ella dejándome llevar por el vaivén de sus caderas guiadas por sus largas y firmes piernas.  Unas perfectas piernas de admirar y que se verían aún mejor si me estuvieran rodeando mientras las apoyo contra la pared roja de mi cuarto de juegos, con sus muñecas atadas sobre su cabeza.

Ese pensamiento me hace sonreír.  Estoy jodidamente enfermo y necesitado de una sumisa.  Anastasia podrá verse como una, pero puedo ver que no lo es.

Nos despedimos y al darle la mano siento una corriente que recorre mi cuerpo, provocando que sólo quiera sostenerla por más tiempo.  La aprieto y miro nuestras manos, viéndose la de ella, más pequeña envuelta entre la mía.  De repente no quiero que se vaya, me siento tan cálido. 

¿Qué me sucede con ésta niña?

Llamo a Taylor mientras la veo alejarse hacia el ascensor y le doy instrucciones para que lleve a Anastasia al Escala, le compre algo de ropa decente y le preparen una habitación.  Estoy seguro de que Taylor y Gail van a pensar que es mi nueva sumisa, la verdad es que físicamente se parece a mis sumisas. 

Qué más da, tampoco es que me interese lo que ellos piensen.

Por último, contacto a Welch para que me consiga toda la información posible sobre la señorita Steele.

¿Qué será lo que le pasó a esa niña para que se comporte de esa manera tan esquiva y distante?

Mi "Hermana" AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora