CAPITULO 2

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Anastasia

¿Qué fue lo que sucedió ahí dentro?

Siento que me tiemblan las piernas y parece que estoy a punto de caer de rodillas. 

Eso es absurdo.

Christian de verdad es todo un dios griego...  Es tan atractivo, con su cabello cobrizo brillante y ojos grises que me atraen como si fuera su presa.  Sólo siento la necesidad de salir de aquí y alejarme de ese hombre lo más que pueda.  Creo que fue mala idea el haber venido, pude simplemente haberle dicho a lo que venía, pero simplemente no pude y me dejé enredar con su interrogatorio haciéndome sentir mal por mi manera de ser con los Grey y de mi supuesta razón para estar en este lugar.  Enfrentar esos fríos ojos que me estudiaban sin ninguna vergüenza, realmente me intimidó. 

Cielos…

Traté de mantenerme en control durante esos pocos minutos y fue muy difícil hacerlo.  Nunca dejaba mis ojos y sus largos dedos solo acariciaban ese lápiz distraídamente.  Necesitaba salir de ese lugar.

Al tocarlo sentí un escalofrío excitante que me recorrió todo el cuerpo de una manera tan extraña que me desconcertó y definitivamente me asustó.  No sé por qué acepté quedarme en su apartamento, pero es mi oportunidad de ver un poco más de Christian T. Grey.  Trataré de no topármelo mientras esté allí, con suerte llegará tarde y no tendré que verlo.

Al salir del edificio veo a un hombre alto con porte y corte militar que me saluda muy formal, debe ser el chofer de Christian.  Por un segundo, me parece ver algo reprobatorio en su mirada, pero le resto importancia.

⎯¿Taylor?

⎯Si señorita.  Adelante ⎯dice abriendo la puerta del audi SUV con una increíble seriedad.  Me recuerda mucho a Sarah.  Eso me gusta.  Ella es la mejor y la persona en que más confío en todo mi pequeño mundo.

⎯Que coche de lo más modesto... ⎯Definitivamente a Christian le gusta tener lo mejor⎯. No te preocupes por mí, Taylor, vine en coche.  Sólo dame la dirección y yo llego sola al apartamento, además necesito hacer ciertas cosas antes de ir allí.

⎯Como guste, señorita ⎯dice con algo de reticencia.

Taylor me da la dirección, mas unos códigos que necesitaré para poder entrar al preciado templo de mi supuesto hermano.  Me subo a mi querida Wanda, mi Volkswagen que es toda una reliquia y al cual adoro, y me dirijo a comprar algo de ropa para las entrevistas de mañana en las dos editoriales que han llamado mi atención, además de algo para salir esta noche e invitar a mi amigo José a tomar algo, tanto encierro mata.  Estar bajo la estricta vigilancia de Sarah es totalmente enfermizo y creo que merezco un respiro.

Al llegar al edificio después de una rápida pasada por el centro comercial, veo que es impresionante e imponente como el hombre al que trataré de no ver esta noche.  Y su apartamento es alucinante, es enorme y me quedo corta, además parece una galería de arte con todas esas pinturas y los techos altos en el salón principal, las paredes de fondo son de cristal y dan a un balcón que tiene una magnífica vista a la ciudad, a la derecha hay un imponente sofá en forma de U y en frente de éste hay una chimenea.  Al lado izquierdo de la entrada se encuentra la cocina con una barra para seis personas, al lado de la cocina, junto a la pared de cristal hay un comedor con dieciséis sillas y en una esquina un enorme y reluciente piano. 

¿Para que necesitará todo esto una persona que vive sola?  Desperdicio de dinero y espacio.  Solo espero que no tenga algún tipo de complejo.

Todo se ve tan él.  Grande, impresionante, hermoso, pero a pesar de todo, solitario y carente de algo que aún no defino…

Al llegar, me recibe Taylor con su mismo rostro imperturbable y le sonrío encantada.  He decidido que me gusta.  Pero no me agrada cuando me dice que el Señor me espera en su estudio.  ¿Ahora que querrá?, ¿No se supone que llegaría tarde y no nos íbamos a topar?

No puedo hacer más que ir, después de todo es su apartamento.

Cuando entro al estudio está sentado en su escritorio viendo por el ventanal hacia la ciudad mientras habla por teléfono.  Sonrío con sólo escuchar su voz.  Es muy agradable, imponente y sexy.  Luego de observarlo por un largo rato ⎯aunque no tan largo como quisiera⎯ toco a la puerta, se da la vuelta y me indica que me siente chasqueando los dedos ⎯gesto que detesto al instante y solo provoca que quiera retorcerle sus largo falanges y hacer que se arrodille disculpándose.  Soñar no cuesta nada⎯, después de cinco desesperantes minutos admirando a éste hombre tan sexy que me pone nerviosa, termina su llamada.

⎯Hola ⎯dice con una engañosa tranquilidad.

⎯Hola ⎯contesto de la misma fría manera.

⎯¿Dónde estabas?

⎯¿Por qué te importa? ⎯le pregunto extrañada. 

La verdad es que no entiendo esta nueva actitud suya.  Nunca hemos tenido ningún tipo de contacto y hoy es la primera vez que hemos estado frente a frente.  Pero mi pregunta es ¿A él que le importa lo que hago?

⎯Eres mi invitada y me preocupé por ti cuando Taylor me dijo que no quisiste venir con él.

⎯Pues bien.  Para tú tranquilidad, aquí estoy y no me ha pasado nada, gracias por preocuparte.  Si eso era todo, me voy cambiar.

⎯¿Vas a salir? ⎯dice en tono molesto y eso me fastidia.

⎯Si claro, ¿por qué? ⎯Trato de estar tranquila.  Explotar es muy fácil para mí y no puedo salirme de mis cabales en delante de él.

⎯¿A dónde vas?

⎯A un bar donde trabaja un amigo.  Me iba a quedar en su apartamento esta noche, pero tuvo un inconveniente y por eso iba a regresar a Portland.  Cuando venga a vivir a Seattle me quedaré con él hasta conseguir mi propio espacio. ⎯Eso es una total mentira de pies a cabeza, pero no me importa.

⎯¿Y quién es ese amigo? ⎯Su tono es escalofriante y eso me divierte.

⎯No es de tu incumbencia ⎯digo calmada fingiendo una adorable sonrisa.  Veo como aprieta sus puños y eso me complace.

⎯Si me interesa.  Eres mi hermana ⎯dice como si fuera lo más obvio y como si necesitara recordarme los lazos ⎯llamados Grace y Carrick Grey⎯ que nos unen.  Pero con sus puños en la misma posición.

Me levanto de la silla y afirmo mis manos en su carísimo y pulcro escritorio.  Su mirada nívea es tan intimidante como siempre he creído que es su voz, pero no soy fácil de doblegar.  Él es, en definitiva, todo lo que muestra, pero hay algo más.  Nadie es así de frío y ya.

Recorro mi mirada por todo su rostro y retengo un suspiro.  Este hombre es muy bello.  Su nariz, su fuerte estructura, esos ojos tan atrayentes, sus labios…  Cielos.

Sonrío cuando me recorre y afloja sus puños.  Pero su ceño se frunce con mayor profundidad como si tratara de controlar algo en él.

Y por alguna razón, sé que todo saldrá bien y podré seguir mi camino lejos de aquí.

Luego de una lucha de miradas que me ha calentado la sangre de una manera inexplicable, creo que es hora de salir de aquí y alejarme de querido hermanito, si quiero volver a casa intacta.  No me gusta que me ponga a temblar las piernas, así tenga que aparentar auto control.  Es demasiado trabajo estar así de cerca de este hombre.

La mejor manera, es provocándolo.

⎯Si, como no.  ¿Por qué más bien no dices que yo te gusto y que te dan celos de mi amigo?  No creas que no me he dado cuenta como me miras, parece que quisieras desvestirme... ⎯Su expresión es todo un poema⎯. Bueno, si eso es todo, ¿me puedes decir donde me voy a quedar? ¿Por favor?

⎯Taylor te indicará el camino ⎯dice ocultando su enojo.

⎯Gracias, hermanito. ⎯Le guiño un ojo y salgo casi saltando como niña en dulcería.  Este sujeto me divierte.

Sarah y Ethan dicen que mi lengua me traerá problemas y sólo bufo.  Como si no me supiera cuidar.

Taylor, como buen perro guardián obediente, me lleva por las escaleras a un segundo piso donde hay varias puertas y me indica cuál será mi habitación, es realmente hermosa y la vista simplemente me quita el aliento.

Nunca me he atado a los lujos, siempre he pensado que eso solo trae problemas, pero este lugar es hermoso y me gusta la sensación de tener el mundo a mis pies.  Si fuera cierto, todo en mi vida fuera tan distinto.  Mi vida, la de mi familia y la de mis amigos.

Decido llamar a José para decirle que nos vemos en su bar a las ocho de la noche.  Hace meses que no nos vemos y realmente lo extraño.  Odio estar separada de mis amigos.  Además de lo relajante que será sentir ese amargo líquido resbalar por mi garganta.  Se van a enojar conmigo, pero no me importa mucho.  José siempre me complace ese capricho a escondidas de los demás.

Me doy un delicioso baño y me cambio con calma.  Como aún me queda tiempo antes de salir, decido explorar un poco el inmenso lugar, pero hay una puerta en especial que llama mi atención, ¿por qué estará cerrada con llave?  ¿Que tendrá barba azul ahí escondido?  Que hombre tan misterioso.

Regreso a mi temporaria habitación algo decepcionada al encontrarla cerrada, pero antes de cerrar mi puerta escucho que abren la puerta de la intrigante habitación y sale una mujer rubia algo mayor, pero de buena apariencia, colocando otra vez seguro, lo que aumenta mi interés.  La sigo sacando mis zapatos para saber dónde guarda las llaves.  Cuando la mujer de perfecto cabello rubio se descuida, tomo las llaves y regreso a la habitación, abro la misteriosa puerta y enciendo la luz.  

Oh, por Dios....

Lo que ven mis ojos...

Mi "Hermana" AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora