Mi "Hermana" Anastasia

CAPITULO 21

Christian

Odio verla así. Su piel pálida, con un jodido tubo que la ayuda a respirar después de tres días. Todo es por mi culpa. Es la segunda vez que Ana está aquí por mi culpa. Después de todo no soy bueno para ella.

¿De qué me sirve hacer frente a mis sentimientos por ella como dice Flyn? Si todo lo malo que le ha pasado últimamente ha sido por mi culpa.

Sentí que mi vida se desvanecía cuando la vi desangrándose frente a mí. No quiero que le pase nada malo a mi hermosa niña. Yo no merezco ser feliz... Mas ella, se merece todo lo mejor, y eso no soy yo.

Cuando escuché a Sarah diciendo que se iban de Seattle y que todos volvían a New York, entendí que Ana me iba a dejar. Mi mundo se derrumbó por completo. Eso es lo que decía amarme. Pero ahora que lo pienso mejor, es la mejor decisión que ella puede tomar. Para que estar con alguien tan jodido como yo, que sólo la destruirá.

—Lo siento, nena —susurro a su oído.

Sé que no me escucha, pero debo decirlo.

Lo mejor será irme. No creo ser capaz de sacarla de mi vida si vuelve a mirarme de esa manera que siempre me descoloca. Llamaré más tarde para saber de su evolución. Su salud y seguridad son primero para mí, y lo mejor para ella en este momento es que no esté más a su lado.

—Taylor trae el auto —hablo cuando llego a la sala de espera donde está mi guardaespaldas junto a Sarah.

—Si, señor —dice y se va.

—¿Volverás más tarde, Grey? —pregunta ella.

—No... Dile a Anastasia que espero se recupere pronto.

—¿No piensas volver? —pregunta acusadora.

—¿Para qué? Igual ella me va a dejar.

—Grey...

—Señor Grey para usted. Adiós, señorita Miller.

Sé que no debí hacerle creer que me voy por culpa de Ana, pero es la única manera de que ella no me busque para pedirme explicaciones una vez despierte. Ella es mi debilidad, si la vuelvo a tener frente a mí no voy a poder con las ganas de tenerla entre mis brazos y besar cada parte de su hermoso cuerpo.

Llego al Escala y me encierro en mi estudio para despejar mi cabeza trabajando. Más tarde tendré que llamar a mi entrenador para gastar mis energías. He recibido mensajes de toda mi familia y Elliot está enojado conmigo por ser un idiota al dejar a mi mujer cuando se supone es el momento que más me necesita. Eso lo sé, pero también sé que soy el que ocasionó todo esto.

Taylor me ha entregado el informe de Leila, pero no hemos encontrado nada que pueda generar algún odio. Se supone que estaba felizmente casada y su esposo sólo dice que hacía una semana estaba desaparecida y había puesto una denuncia. Claro que no esperaba que estuviera en otro estado. Lo único destacable en el informe, es el aborto espontáneo que sufrió hace un par de meses. No entiendo qué pasó para que hiciera lo que hizo.

Todo esto es tan extraño.

Luego de una tarde de trabajo, con conferencias y muchos informes que revisar, sólo para ocupar mi tiempo con algo, llamo a mi entrenador y paso lo que resta de mi día entrenando y dejándome golpear. Estoy molesto, pero es más conmigo mismo.

[...]

—Su madre ha vuelto a llamar, señor —dice Taylor una salgo de mi habitación a primera hora de la mañana.

Realmente ha sido una larga noche. Solo he tenido unas pocas horas de sueño y me siento algo agotado. Tres días durmiendo en una clínica, la culpa carcomiéndome por abandonarla y mis pesadillas volviendo, no son una buena combinación.