Fantasía y... Realidad.
Edmond.
Volver a sentir sus labios junto a los mios nuevamente, fue mi perdición.
La pegué a mi aún más como en los viejos tiempos, atrayéndola por sus caderas y manteniéndola firme en el lugar, saboreando sus labios después de año y medio estando sin ellos. Al verla de frente a mi en esa puerta junto a alguien más, me jodió, todas mis terapias de control se fueron a la mismísima mierda al verla tan hermosa, tan perfecta, brillando como siempre... Pero no conmigo.
Sus brazos se aferraron detrás de mi cabeza y con sus manos jaló un poco de mi cabello, arrebatándome un gruñido leve sobre su boca, la besé como solía hacerlo, como si nuestro mundo no se hubiera derrumbado y estuviéramos en el pasado una ultima vez.
De momento Lana me apartó de un empujón y me quedé confuso observándola.
—No vuelvas a besarme— Declaró enfurecida, limpiándose sus labios con su mano.
La situación me hizo gracia, debido a que ella fue quién me besó, moría por hacerlo, no lo puedo negar, tenerla pegada a mi bailando de manera tan sensual me provocó de todo, decente e indecente.
—¿De que demonios te ríes?— Me observó colérica con sus ojos verdes chispeando de rabia.— Ni siquiera te conozco.
A nuestro alrededor todos continuaban bailando en sus burbujas ajenos a la nuestra.
¿Ahora no me conoce?
—¿Ahora besas desconocidos?— Pregunté en tono burlón y punzante.
Alaina me observó con fastidio y contraatacó.
—Si lo hago o no, no es tu problema, ya no soy tu problema.
Caminó entre la multitud dejandome solo. Observé a la rubia que me había indicado donde estaba Lana y esta se encontraba bailando con un chico deportista, me guiñó un ojo y gritó riendo.
—Ya se calmará.
Caminé con un poco de dificultad hasta donde se encuentra mi mejor amigo y este me sonrió a penas me vio.
—Hey— Saludó.
Me tendió un vaso cargado de vodka y me negué de inmediato, me senté a su lado, observé mis manos las cuales estuvieron tocando su cuerpo y confesé en voz alta.
—La vi.
Matt sonrió y palmeó mi espalda mientras que revisaba algo en su teléfono y le daba un sorbo a su bebida. Dejé de mirar mis manos y lo observé fijamente y volví a hablar.
—Matt, vi a Lana yo... Bailé con ella.— Susurré, intentando creerlo yo mismo.
Matt por poco escupe su bebida en mi cara.
—Joder hermano— Habló lamentándose— Olvidé decirte que vendría, lo olvi...
No lo dejé terminar y sonreí.
—Gracias— Le volví a sonreír y Matt me observó confundido y le aclaré.
—Verla a sido lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.
Ahora el que sonrió fue Matt.
—Bienvenido a casa amigo.
****
La mañana siguiente me desperté con una resaca de los mil demonios, caminé por los pasillos de la Universidad sintiéndome nuevamente familiarizado con todo.

ESTÁS LEYENDO
Justo Ahora
Novela JuvenilAño y medio es lo que ha pasado desde que Edmond se fue, dejando atrás toda su vida, su carrera, sus amigos y lo mas importante... A ella. Pero a regresado y está dispuesto a recuperar su vida, retomar su lugar y a luchar por lo que quiere. En año y...