Capitulo 22

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Todo queda claro.

Edmond.

Luego de que la fiesta terminó, Lana no volvió a dirigirme la palabra en toda la noche, ni tampoco el día después. Me ha estado evitando y prefiero no insistirle, no molestarla, creo que será lo mejor por ahora.

He estado durmiendo en el sofá que se encuentra en la estancia y es jodidamente incómodo, ya que el calor que hace aquí es infernal, pero a nadie parece inmutarle más que a mí.

Siento como la brisa fresca entra por la puerta justo en el momento que Matt cruza el umbral y se lanza a mi lado en el sofá, acompañado por Dylan el novio de Maya.

—¿Pasarás lo que queda de fin de semana postrado en este sofá?— Inquiere, mientras me quita el mando del televisor para buscar algo bueno que ver. Al parecer todos parecen odiar las series coreanas.

Incultos.

—¿Tú alguna vez dejaras de meterte en mis putos asuntos y te buscaras algo mejor que hacer?— Protesto y procedo a quitarle nuevamente el mando para tomarlo entre mis manos y volver al canal de mí serie.

—No, no lo creo.— Dice con tranquilidad mientras vuelve a quitarme el aparato y cambia de canal de nuevo.

Pero este capullo.

—¿No te habla eh?— Pregunta Dylan, interviniendo en la conversación y es él único que no había dicho nada hasta ahora.

Se encuentra observandome serio, sus facciones son duras y sus ojos calculadores, no paso por alto el toque de diversión en ellos.

Me cruzo de brazos y frunzo el ceño al escuchar su pregunta y me limito a darle a Matt la libertad de tomar el mando, solo fijo la mirada en Dylan y le respondo secamente.

Ya que por muy novio de Maya que sea, odio que se metan en mi puta vida.

—No voy a presionarla demasiado.— Digo sincero.— Necesita espacio y lo tendrá.— Declaro serio.

¿Lo tendrá? Mierda no me lo creo ni yo mismo.

Dylan escucha mis palabras y parece pensativo durante unos segundos y agrega sin más encogiéndose de hombros.

—Yo en tú lugar no le daría demasiado.— Aconseja y no sé porque sus palabras se escuchan carentes de empatía. Su sonrisa torcida se me hace completamente cínica y me da mala espina.— Aunque siéndote sincero creo que es lo mejor que puedes hacer en este caso.— Dice serio. Saca su teléfono de uno de sus bolsillos delanteros y y lo observa para luego agregar.— Jamás sabes que tan bajo puedes caer por alguien más, hasta que te ves a ti mismo tocando fondo.

Suelta sus palabras sin ninguna clase de sentido y veo como la pantalla de su teléfono se ilumina en una llamada entrante y lo veo ponerse en pie, para salir a contestar fuera de la casa, sin darnos explicación alguna de nada.

¿Que demonios a sido todo esto?

—Si me lo preguntas...— Dice Matt observando el camino por donde Dylan acaba de desaparecer tras la puerta y luego me observa a mi. Noto la confusión en su mirada y debo imaginar que es igual a la que se refleja en estos momentos en la mía.— No se que demonios acaba de decirte con eso.

—Yo tampoco tengo idea.— Respondo.

#

Escucho sus pasos danzar dentro de la habitación, mientras que yo solo me encuentro de pie al otro lado de la puerta, con mi cabeza recostada contra la misma, pensando en que tan buena idea sea esta y replanteandomela a ver si debo ponerla en práctica o no.

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