Capítulo 11:

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Luego de que Adhara Malfoy se despidiese de Cassandra Klayton a las afueras de la biblioteca, se marcho hacia el lago, estaba decidida a encontrar un lugar donde pudiese dibujar sin tener que verse acosada por las constantes miradas de los estudiantes, ahora no solo de Hogwarts sino también de los otros dos colegios de magia. Cualquier otro día hubiese aceptado la compañía de Cassy pero como quería que fuese un regalo, no podía permitir que esta le acompañase.

Se sentó en una roca cercana a la orilla y durante unos minutos contemplo el paisaje antes de sacar el cuaderno de dibujo que Cassy le había regalado hace unos días. Entre un trazo y otro, poco a poco el dibujo fue tomando forma, era un retrato de Cassy, se tomo su tiempo para pintar cada detalle de su rostro.

Desafortunadamente la tranquilidad que siempre poseía esa parte del lago en la se encontraba se vio interrumpida por las contantes risitas bobas y susurros para nada discretos de la manada de chicas que estaban empeñadas a seguir al buscador con cara de estreñimiento. Así como así la concentración de la rubia se fue al demonio y lanzo una mirada asesina al grupo de alborotadores que ni siquiera se habían dado cuenta de su presencia.

Tomando una respiración profunda para calmar sus emociones, Adhara comenzó a recoger sus cosas y se adentro en el bosque para buscar nuevamente un lugar tranquilo donde pudiese terminar su dibujo, porque aunque ese no le molestase estar dibujando o leyendo un libro en medio de la más escandalosa fiesta que pueda existir, de ahí a tener que aguantar a un grupo de chicas adolescentes con las hormonas alborotadas y expulsando feromonas tratando de ganarse la atención de un chico hay mucha pero mucha diferencia.

Camino durante un rato antes de llegar a un pequeño claro donde se sentó a continuar con su trabajo. Cuando termino de hacer el retrato de Cassy, decidió que podría hacer uno para cada uno de sus seres queridos también, primero el de su hermano por supuesto, luego de sus padres, seguido del de su tío Sev, mas tarde el de Blaise, Vincent y Greg.

Estaba tan concentrada que no se dio cuenta cuando alguien se le acerco por detrás hasta que una mano se poso sobre su hombro derecho.

—¡AAAHH! —gritó asustada la chica.

—¡Lo siento no quise asustarte! —se disculpo el joven pelirrojo levantando sus manos.

—No te perdono, casi tengo un ataque por tu culpa. —dijo molesta haciendo un puchero y cruzando sus brazos mientras volteaba su rostro.

—En verdad no tenía la intención de asustarte, estaba de paso cuando te vi y creí que sería conveniente avisarte que pronto comenzará a oscurecer.

—¿¡Eeh!? —Adhara levantó su vista hacia el cielo y vio que este ya comenzaba a mostrar los colores típicos del atardecer. — ¡Mierda, estoy en problemas! ¡Mi hermano debe estar preocupado! —comenzó a mirar a su alrededor tratando de recordad por donde había venido.

—Si me permites puedo guiarte. —le dijo el joven extendiéndole una mano.

—Aceptare solo porque de verdad necesito volver cuanto antes y dado que estas siendo educado. —comentó la chica tomando su mano. — Pero no trates de pasarte de listo conmigo o me encargaré de que seas comida de lechuza.

—Jajaja. ¡Eres muy divertida! —le dijo con una sonrisa y comenzó a guiarla a través del bosque.

—¡Intenta algo y verás que tan divertida puedo ser!

El pelirrojo viendo la fría mirada llena de amenazas que le estaba dedicando aquella niña comenzó a reírse aún más fuerte pero no hizo nada para confirmar que tan serías eran sus palabras. Su madre le había enseñado que en la belleza se halla el peligro y aunque él no era ningún cobarde, tampoco era un masoquista como para arriesgarse, por lo que una vez que dejo de reír comenzó a guiar a la rubia por el bosque. Para cuando ambos avistaron el castillo ya estaba comenzando a obscurecer.

Los Hermanos Malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora