Capítulo 23:

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Capítulo 23:

La mañana llegó anunciando el inicio oficial del Torneo de los Tres Magos, hecho que tenía a la gran mayoría de los estudiantes de los tres colegios con un alto grado de adrenalina en sangre, los profesores, por otro lado, estaban un poco más calmados, aunque, algunos no tanto, como la profesora McGonagall que aún estaba en contra de que al joven Potter se le obligase a competir. Lamentablemente, el representante del Ministerio ya había dicho que el chico estaba obligado a competir.

¡Y se supone que es uno de los magos más listos de Inglaterra!... Cualquiera con un poco de cerebro verá que todo se trataba de una artimaña para llevar al pobre chico directo al matadero. Esos eran los pensamientos de McGonagall, los cuales serían apoyados al cien por ciento por Harry si este fuese consiente de los mismos.

Inconsciente del estado de ánimo de cada uno de los espectadores del torneo, Harry estaba caminando apresuradamente rumbo a la carpa donde se encontraría con los otros tres campeones con los nervios a flor de piel a pesar de que ya había conseguido dominar en gran parte el hechizo aún dudaba de si este funcionaría, bueno más bien le preocupaba el hecho de terminar siendo comida para dragón antes de que siquiera le diese tiempo de lanzarlo. Cuando ya estaba a unos veinte metros más o menos de la carpa, escuchó un ulular conocido por sobre su cabeza. Razón por la que detuvo su andar y miró hacia arriba divisando a su fiel lechuza Hedwig que se acercaba. El león levantó y flexiono el brazo izquierdo hasta la altura de su pecho para que esta se posase y procedió a tomar la pequeña nota que esta traía amarada en la pata izquierda.

Tan pronto como desdoblo y vio la pulcra y fina letra, su corazón se saltó un latido.

"Suerte en tu prueba, estaré admirándote desde las gradas"

M.B"

—Gracias. — susurro al viento mientras guardaba la nota en el bolsillo delantero de su pantalón.

El joven león retomó su andar, pero esta vez con una floreciente sonrisa en el rostro.

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Las gradas del campo de quidditch se encontraban abarrotadas de estudiantes y sus voces se habían fundido de una forma tal que parecía que estuviesen usando un hechizo amplificador. Eran molestas y le estaban generando un gran dolor de cabeza.

¡Apuesto que solo los fantasmas permanecen aún en el castillo! — pensó contemplando su entorno cada vez más bullicioso. — ¡Si no fuese porque vas a participar ni me tomaría la molestia de estar aquí!

Los estudiantes a su alrededor continuaban hablando y apostando por quien ganaría o sería el primero en perder, la mayoría aseguraba que ese sería el Gryffindor y eso era algo que le molestaba aún más que el ruido de sus compañeros.

¡Son tan estúpidos e insensatos! — les regaño en su mente. — ¡¿Qué no saben que perder en el Torneo de los Tres Magos es el equivalente a morir?! Hay una razón por la cual hace más de cien años que no se realiza este torneo... Nadie sobrevivió al último... ¡Más te vale sobrevivir!... Incluso si te lesionas de gravedad... para mí está bien... mientras vivas... todo estará bien...

El fuerte sonido de una campará resonó por todo el estadio anunciando el inicio de la primera prueba, lo que ocurrió de allí en adelante pasó en un par de parpadeos hasta que el último campeón entro a la arena y todo se movió en cámara lenta ante sus ojos. Verle montado en su escoba y lanzándose de cabeza al peligro, le resulto embriagadoramente excitante y le lleno de terror a partes iguales. Ni siquiera podría identificar a cuál de los dos se debía la sensación de opresión que había en su pecho, le asfixiaba. El retumbar de su corazón se volvió demasiado rápido una vez que le vio tan cerca de las fauces de aquel dragón y salir indemne con el huevo dorado entre uno de sus brazos, un lugar que deseaba ocupar.

¡Bien hecho!... ¡¡¡HARRY!!!


Los Hermanos Malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora