Capítulo 25:

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Los rayos del sol penetraron por la ventana acariciando el rostro de Cassandra quien tras un leve fruncimiento de ceño mostro su molestia. Hundiendo su rostro en la almohada procedió a continuar con su placido sueño.
Desafortunadamente para ella había alguien en el dormitorio que no estaba de acuerdo con permitirle seguir durmiendo, y ese alguien era nada más y nada menos que James, su amado gato. El mismo que en esos momentos se encontraba mirando fijamente hacia su dueña con sus ojos de un azul eléctrico mientras su cuerpo se ponía en posición de ataque y con un ágil movimiento salto sobre su dueña.
Cassandra ni se inmuto cuando la pequeña bola de pelos que era su gato se le vino encima, no era la primera vez que algo así ocurría y tampoco sería la última. Molesto por la falta de reacción de su ama James comenzó a frotar su negro y suave pelaje en contra de la mejilla de su ama mientras maullaba exigiendo que esta se levantase y le acabase de dar su preciado desayuno.
—Miau…. Miau…
—¡James! — le llamó la leona adormilada. — ¡Solo… cinco minutos más! — pidió.
—Miau…. Miau…
—Por favor…
—Miau…. Miau…
—Ok… ya entendí… —dijo comenzando a incorporarse.
—Miau… — maulló feliz.
—¡Gato manipulador! — susurró.
—Miau…— respondió haciendo un movimiento afirmativo con la cabeza aceptando las palabras de su ama como si de un cumplido se tratase.
Una vez que se encontró levantada de la cama y tras haberle dado el desayuno al gato, la chica comenzó con su rutina matutina. Originalmente tenía pensado quedarse en la cama hasta bien entrada la mañana, pero no por demasiado tiempo pues había quedado en verse con su mejor amiga más tarde a las orillas del Lago. Hacer esperar a Adhara no era una opción muy favorable y a ella no le beneficiaria en nada, de hecho, en ese sentido James y ella eran muy parecidos, una vez que se cansaran de esperar se le tirarían encima exigiendo ser atendidos.
Ambos son unos consentidos y manipuladores.
Esa fue la conclusión a la que llegó la chica, al pensar en todas las similitudes que ambos compartían no pudo evitar que en su rostro se mostrase una hermosa sonrisa, ¡Es una lástima que ninguna de sus compañeras se encontrase despierta para presenciarla!
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Para cuando la joven leona se dispuso a ir al encuentro de su mejor amiga ya eran cerca de las diez de la mañana. Si sus padres la viesen en ese momento se sorprenderían de verla fuera de la cama a esas horas, pues ella no haría algo así a menos que tuviese clases o por alguna cuestión de fuerza mayor, por lo general no solía levantarse hasta pasadas las once. Por lo que, en pocas palabras podría decirse que ese día había madrugado.
Bajando las escaleras que conducían a la Sala Común de Gryffindor la joven leona no se sorprendió al toparse con varios de sus compañeros de casa quienes yacían inconscientes, la gran mayoría de ellos en el piso. Había alguno que otro durmiendo en la escalera, pero por suerte para ella su paso no se vio entorpecido.
Evitando pisar a cualquiera de ellos continúo avanzando hacía la puerta del retrato mientras en su mente pensaba en lo diferente que sería la situación si ese día tuvieran clases o si en vez de tener a la profesora McGonagall como jefa de casa, su jefe fuera el profesor Snape.
—Pff.
Una pequeña risa escapo de sus labios ante aquel pensamiento, definitivamente esa sería una escena que le gustaría ver y a la vez no. De hecho, ahora que se ponía a pensarlo detenidamente, desde que entro a Hogwarts nunca escucho hablar acerca de alguna fiesta Slytherin que se saliese de control hasta llegar a ese punto. Si había oído hablar de las de Ravenclaw e incluso había estado en varias de las que se realizaban Hufflepuff, esos tejones con esas caritas de inocentes que no rompen ni un plato y se la pasaban haciendo fiestas por cualquier cosa; pero de los Slytherin no había presenciado nada. Aunque, por lo que le había comentado Adhara, si tenían una que otra fiesta al mes pero que siempre el profesor Snape les ponerles fin antes de que las cosas pasasen a mayores.
No hay duda que tener al profesor Snape como jefe de casa significa PELIGRO y con letras mayúsculas. — pensó.
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—¡He ganado la apuesta! — ese fue el saludo de Adhara una vez que la vio. — ¿Qué tal estuvo la celebración en la casa de los Leones? — preguntó divertida.
—Igual que siempre… ¡Ruidosa! — respondió con una sonrisa.
—¡Nada nuevo entonces!
—Nop.
—¿Entonces cuando te le declaras a Neville?
—¡No me le voy a declarar, voy a invitarlo al baile que es muy diferente! — aclaró.
—No le veo mucha diferencia si el objetivo final de uno es terminar en lo otro.
—¡Aun así! No nos adelantemos. ¡Él bien puede decirme que no!
—¡En ese caso sería lo último que dirá en toda su vida!— dijo con seriedad.
—¡Adhara! — le regaño.
—¿Qué? ¡Si ni siquiera es capaz de aprovechar las buenas oportunidades que le da la vida, para que conservarla! —exclamó ella seriamente.
—¡Aahhh! — suspiro. —Te he dicho antes que a veces te pareces demasiado a tu hermano.
—No, pero gracias de todos modos.
—¡No era un cumplido!
—¡Yo creo que sí!
—¡Olvídalo, te doy por incorregible!
—Jajaja… Di lo que quieras, pero aun así y todo me quieres.
—Desafortunadamente… no puedo negar ese hecho.
—¿Entonces? — preguntó volviendo al tema principal.
—Voy a citarlo esta tarde en uno de los invernaderos.
—¡Esta tarde! ¿¡Por qué no mejor esta noche!?
—Porque a diferencia de ti no quiero arriesgarme a ser encontrada por Flinch y que este arruine todo mi esfuerzo.
—Auch… eso fue un golpe bajo. — dijo haciendo un adorable puchero.— …pero ten por seguro que te lo devolveré.
—¡Estoy contando con ello! — respondió con una actitud arrogante.
—Hmm… ¡A ti también se te están pegando mis mañas!
—Eso prueba que eres muy mala influencia para mí. Me estas llevando al lado oscuro.
—¡Lo sé! — dijo sonriente. — Me siento tan orgullosa. ¡Sigue así!
—Jajaja. ¡De verdad que contigo no se puede!
—… — Adhara se limitó a encogerse de hombros ante sus palabras. — ¡Cómo sea! ¿Necesitas ayuda con algo? — le preguntó.
—Honestamente, sí.
—Muy bien, te escucho.
—Gracias. Solo necesito que…
Mientras ambas chicas conversaban en la distancia un hombre las observaba a través del cristal de una ventana con una expresión gélida llena de malas intenciones.

Los Hermanos Malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora