Capítulo 21:

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Hola.

Tal como prometí.

¡He vuelto!

Luego de meses estando atrapada con la tesis, por fin obtuve la libertad.

Aunque sé que muchos deben estar molestos, les juro que no es mi culpa haber actualizado tan tarde, fueron las circunstancias las que me forzaron a ello y mi mejor amiga y principal lectora de esta historia puede dar fe de ello.

De igual modo... ¡Gracias a todos por tener paciencia!

¡FELIZ AÑO NUEVO!

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Capítulo 21:

Draco estaba caminando por uno de los tantos pasillos del colegio en busca de su hermanita, quien muy probablemente se haya olvidado de que ese sábado habían quedado en reunirse con su padrino Severus para almorzar y ya de paso chequear su estado. Aunque hasta el momento, desde que llegó a Hogwarts, había estado estable la gran mayoría de los días, en ocasiones su condición fluctuaba, pero aún no había sufrido ninguna recaída, lo cual alegraba al rubio, pero aun así no podía evitar preocuparse.

Desde hace unos días el joven heredero tenía el extraño presentimiento de estar presenciando "la calma antes de la tormenta", y si a eso le sumamos el hecho de que había comenzado a notar un extraño comportamiento en su hermana, aunque, a simple vista, parecia ser la de siempre, había algo... Draco estaba seguro de que su hermana le estaba ocultando algo y que Cassandra Klayton sabía lo que era, ambas se habían hecho casi inseparables, lo que molestaba en cierta manera al rubio ("Celosss").

Antes de que viniese a Hogwarts, Draco nunca había tenido que preocuparse por compartir el cariño y la atención de su preciosa Adhara, pero... ahora ese ya no era el caso. Su hermanita ya no estaba limitada a relacionarse solo con su familia y al pequeño grupo selecto de magos que conocían de su existencia solo por el voto inquebrantable que habían hecho con sus padres; excepto cuando se intercambiaba con ella para permitirle tener un momento de libertad que se limitaba solamente a viajes a la casa de su padrino cuando este no estuviese, pues, hasta el momento era el único capaz de identificales con solo mirarles una vez y ni siquiera necesitaba usas legeremancia con ellos para eso. Por suerte, para ellos, Severus nunca había hablado sobre ello con sus padres o de lo contrario no hubieran podido tener tanta libertad 'pa continuar haciéndolo en los años que le siguieron.

¿A dónde te habrás escabullido esta vez? — pensaba Draco contemplando el paisaje del Lago que se mostraba a través de una de las ventanas. —Tendré que mandar a Vincent y Greg para que comiencen a seguirte, está claro que Blaise no está haciendo muy bien su trabajo.

Draco retomó su andar hasta que escuchó la voz de Potter y no había manera de que confundiese su voz con la de otra persona.

—¡No tiene caso Hermione! — el león se oía desanimado.

—¡Vamos Harry, tú puedes! — trató de animar Granger.

—Llevamos toda la mañana en esto y aún no consigo hacer el maldito puto hechizo. — gritó exasperado.

¡Menudo vocabulario! — exclamó Draco en su mente mientras se acercaba a la puerta para escuchar mejor. — ¡Gryffindor tenían que ser! Ni siquiera se tomaron la molestia de poner un hechizo silenciador. — se burló.

—¡Solo tiene que seguir practicando! ¡Ya verás como pronto lo conseguirás!

—¡Hermione, acéptemelo! ¡A este paso no hay manera de que logre realizar el hechizo antes del torneo!

Los Hermanos Malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora