Su mano rodea mi cuello mientras hondeo mis caderas recibiendo los embates que me contraen el vientre, sus labios devoran los míos acallando los gemidos y sus manos descienden a mis nalgas donde las aprieta y me manda contra la cama dejándome con la respiración hecha un desastre y no se detiene. Acaricia y besa mi cuerpo mandándome al orgasmo que me hace remover bajo su cuerpo.
—Chiara —gime contra mis labios y sonrío rodeando su cuello con mis brazos.
Al salir del baño Rod aún está desnudo en la cama tecleando algo en su teléfono, me voy al tocador donde peino mi cabello el cual corté por lo aburrida que estaba por el embarazo y me terminó gustando. Me coloco un vestido cuello de tortuga gris y mis botas largas antes de salir rumbo a mi despacho donde me concentro en los próximos negocios que debo hacer, pero mi teléfono suena haciéndome sobresaltar.
—Raven —hablo mirando el anillo que le robe al ruso hace años— ¿hola? —Vuelvo a hablar cuando no me responden y mi cuerpo se tensa cuando una respiración pesada se escucha a través de la línea.
Dejo el teléfono, molesta porque esos malditos quieren asustarme, pero lo único que están buscando es que les mande un maldito misil. Me levanto tomando mi abrigo antes de bajar en busca de Edik que encuentro disparando al blanco.
—Necesito que me lleves al laboratorio —digo mirando a todos lados sintiendo como mi corazón me galopa en el pecho.
— ¿Para qué? —cuestiona mirándome con el ceño fruncido.
—Necesito agilizar lo de la maldita droga, pierdo dinero y no me gusta —respondo arisca y él lo nota.
— ¿Pasa algo? —cuestiona y me estresa que pregunte tanto.
— ¡No! Solo llévame —demando encaminándome a la salida.
—Ok... —Lo escucho decir.
Cruzamos el bosque y las camionetas se despliegan por el lugar alejando a los transeúntes y es que tanto Edik como Rod me obligaron a aumentar la seguridad por el ataque de hace unos días. Al bajar de la camioneta mis ojos se van a una mujer alta que está a unos metros viendo su celular, algo en ella me llama la atención, pero Edik me hala quitándome la posibilidad de detallarla. Subo rápidamente a la donde me encuentro a dos hombres con batas blancas, uno se remueve nervioso y otro me mira con curiosidad.
—Buen día, no tengo tiempo que perder así que, por favor, Sr. Carter —digo mirando al hombre que suda como si estuviera en algún tipo de horno.
—Sí, claro —dice tomando un par de carpetas de la mesa junto a un tubo de laboratorio que contiene un líquido negro.
—He probado y realmente no...
—No encuentra solución —digo arrebatándole las carpetas para dárselas al otro hombre que me mira confuso—acompáñenme —ordeno saliendo rumbo a los laboratorios.
La sala de prueba aparece frente a mí; hay varias máquinas, refrigeradores y equipos médicos además de un cristal blindado que deja ver una sala totalmente blanca y sin ningún objeto dentro. Me giro acomodándome frente a un monitor que tecleo antes de hablar.
—Prueba —digo en el pequeño micrófono que sobresale y en segundos dos sombras meten a las malas a un tipo de unos treinta años.
— ¡Suéltenme! —exige y lo ignoro.
—Ahora bien, el sr, Nills —señalo al hombre de cabello castaño que se mantiene confuso— está aquí para supervisar el proceso, ¿ok? —cometo antes de dar una señal que hace que una mujer y un hombre entren vestidos de blanco a la habitación frente a nosotros.
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Destrucción [E #2]✔️
RomanceSEGUNDA PARTE DE BÁRBARO. Dos engendros bárbaros cegados por la ira se enfrentaron en una lucha tan reñida, tan peligrosa, tan candente que lo único aquello que sobrevivió es la pasión que los une. ¿Qué quedara al final de la guerra, unión, odio...