Madness

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El olor a alcohol llena la habitación cuando abro los ojos y respiro hondo ignorando la punzada que ataca mi cabeza, el mal humor me mueve y gruño sintiendo mi boca pastosa. Me remuevo entre las sábanas y me levanto tropezándome con algo que me manda al suelo y me giro rápidamente encontrándome con Rod hecho un ovillo en el suelo.

— ¡¿Qué haces ahí?! —Gruño levantándome y él hace lo mismo.

— ¡Me hiciste dormir aquí! —Susurra y frunzo el ceño.

— ¿Por qué haría eso? —Cuestiono y él rueda los ojos.

—Porque te embriagaste no sé porque y cuando iba de camino a otra habitación Hela me hizo regresar con preguntas sobre si habíamos terminado, entonces cuando vine me tiraste ahí —responde y sello mis labios para evitar reír.

—Lo lamento —digo yéndome al baño donde me ducho y procuro quitarme el olor a whisky.

— ¡Recuerda la reunión de hoy! —Grita Rod y seguidamente escucho la puerta cerrándose.

Cierro los ojos recordando las palabras de Duman y es que ni con tres botellas de alcohol en mi sistema pude despejarme, de hecho, fue todo lo contrario dejándome contra las cuerdas porque mi mente no logra aceptar que mis padres hayan sido ese tipo de persona. Unos asesinos. Además de que me mandaron a América para protegerme pagándole a una chica para que me cuidara. Resoplo, molesta por no recordar nada porque las palabras de Duman sonaban seguras, pero puede aprovecharse de mí para dejarme contra la lona antes de matarme. Porque alguien como él no vive sin poder y yo no quiero compartir y él mucho menos. Al bajar las escaleras Goliat entra con una expresión cansada y rueda los ojos cuando le sonrío.

—No sabía que construir ese maldito laboratorio fuera tan cansado —dice y lo abrazo dejándome murmure insultos.

—Pero ya está y muy pronto estaremos disfrutando sin enemigos acechándonos, dándonos la vida que merecemos —digo y él asiente confuso.

—Dime que voy contigo a México, no soportaría estar en estas cuatro paredes un minuto más —suelta y asiento antes de salir.

—Los jefes de los clanes ya están en el lugar —avisa Edik abriendo la puerta de la camioneta y me acomodo a su lado dejando que me informe—Al parecer la alianza negra debe pedidos, Duman les ha destruido mucha mercancía. Cualquiera diría que quiere limpiarnos el camino —dice tecleando algo en su teléfono.

—O quiere limpiar el suyo y ya ha comenzado, debilitando la alianza y debilitándome a mí —digo molesta y él me mira confundido.

— ¿Por qué lo dices? —Cuestiona y me encojo de hombros.

—Me dijo lo que buscaba, todo sobre mis padres...

— ¿En serio?

—Sí.

—Ya tenemos la ubicación de la alianza, al parecer se reunirán en Bielorrusia y luego volverán a Bulgaria —avisa Goliat subiéndose al auto haciéndonos callar. Nadie excepto Edik y yo sabemos de la reaparición de Duman.

—Guárdala, la necesitaremos después —ordeno dejando que las camionetas se pongan en marcha.

Veo a Edik concentrado en su teléfono y frunzo el ceño ante lo callado que está mientras Goliat habla con Nills sobre el funcionamiento de la fábrica. Veo por el espejo retrovisor la camioneta donde viene Rod y que se adelanta llegando primero al edificio a las afueras de la ciudad donde suelo reunirme cuando vienen todos los jefes. Después de recibir la aprobación de Rod, bajamos del auto adentrándonos en el lugar que me deja ver la enorme mesa negra rodeada de sujetos que no comparten nada además de ser mis sirvientes. Mis ojos se posan en un pelinegro bastante joven a comparación de los demás. Se levantan bajando la cabeza y me poso firme a la cabeza de la mesa.

Destrucción [E #2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora