Destrucción [E #2]✔️

Hades 1

Sabía bien lo que conllevaba ser líder de una de las mafias más peligrosa del mundo y es que no contaba con que iba a terminar adueñándome de todo y no me molesta, pero, así como ser la jefa del mundo criminal no estaba en mis planes, embarazarme del hombre que me quiere muerta mucho menos. Pero no me arrepiento, esa niña es mi vida y aunque tanto su físico como su ego tan desarrollado para su edad me recuerda constantemente al ruso que no se cansa de joderme, la amo más que a mi propia vida. Me deshice de las cabezas de la alianza negra y ya solo falta que las escorias que lo seguían se destruyan entre ellas o que vengan a mí para poder quitarme una carga de encima. Con el ruso no sé qué hacer, Hela me pregunta una y otra vez por él, ella cree que somos amigos y no que lo quiero muerto o al menos lejos de mí. No tengo idea desde cuando la visita, pero es evidente el vínculo que tienen ya que no deja que nadie toque su cadena y cada vez que me acercaba en la noche a su habitación la encontraba sentada en su cama con la mirada clavada en la ventana. Y es que realmente no temo por ella porque sé cómo son los Ivanov y su sobreprotección entre ellos, temor le tengo a que eso la aleje de mí y de paso me quite el poder que me mantiene con vida.

Respiro hondo llenándome de paciencia y descargando mi rabia en el saco de boxeo frente a mí y aunque quiero, no puedo evitar el dolor que se extienden por mi brazo y me alejo de este tratando de recomponerme ya que el mareo me ataca. Miro mis manos y noto las ligeras manchas de sangre que se ven en la venda que los cubre, ruedo los ojos y me dejo caer sobre el asiento de madera que me deja de frente al ventanal que permite observar el mar golpeando la playa. La puerta se abre y me giro encontrándome con Edik el cual me sonríe.

—Hola —dice dejando sus cosas sobre el otro asiento—Hela está comiendo casi obligada por Alison porque quiere irse a la playa cuanto antes —agrega y sonrío antes de dejar salir un suspiro.

—Es la primera vez que lo ve y no sabes cuánto me molesta porque yo misma la metí en esto al tenerla —digo y él entrecierra los ojos.

—Si no estuvieras metida en esto no la habrías tenido —comenta y asiento.

—Pude haberme ido sin más, Duman no me tenía secuestrada —digo y se encoge de hombros—pude haberme ido y olvidado todo esto, ella tendría una vida normal.

— ¿Enserio crees eso? —Cuestiona algo divertido—puedo enumerarte las razones por las cuales eso no es cierto —agrega y me deshago de las vendas en mis manos.

—Pudo haber sido normal.

—Primero; conozco a Duman y sé porque no te ha matado, créeme que no te iba a dejar ir tan fácil y de hacerlo, te traería a rastras cuando se enterara que tenía una hija porque se iba a enterar, no es estúpido. Además, esa niña con tan solo tres años vio cómo se mataban entre las sombras y puedo decir, sin miedo a equivocarme, que lo disfrutó —suelta y cierro los ojos—de haberla alejado de este mundo, créeme que, de una manera u otra, iba a llegar hasta este porque su sangre se lo exige y tú eres la prueba de ello.

— ¡Lo sé! —Suelto frotándome el rostro, frustrada.

—No te mortifiques, la alianza negra está abajo y de Duman no debes preocuparte, sé porque te lo digo —responde y frunzo los labios.

—Tuve una pesadilla...

— ¿Sobre qué? —Cuestiona y me señala las colchonetas del otro lado de la habitación.

—Sobre mí —respondo y no sé porque el recuerdo de esa pesadilla me eriza la piel.

— ¿Qué pasaba?

Se estira mientras yo permanezco con la mirada fija en el mar y termino cerrando los ojos con el miedo que de repente me corroe.

—Yo estaba en un cuarto oscuro, pero lograba ver a Hela y se veía feliz. Pero algo en el ambiente no me gustaba y todo empeoro cuando me vi a mí vestida de blanco, pero era poco lo que se veía así ya que estaba cubierta de sangre —callo cuando su expresión se descompone y respiro hondo.