Destrucción

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Una ira intensa corroe mi cuerpo al punto de hacerme temblar mientras el miedo batalla con esta, porque ese siempre ha estado. El miedo a perderla siempre lo he tenido presente y me jode el hecho de que hice todo lo posible por alejarla del peligro que rodea todo este mundo, pero fue en vano y el verla en la cama con sus ojos cerrados y con su piel demasiado pálida, me dice que hay cosas que no se pueden evitar. Mis ojos se llenan de lágrimas cuando la pelinegra se posa a su lado tomándole los signos vitales que, aunque están por debajo de lo normal, dejan ver que no está tan mal. Respiro hondo y me giro hacia Edik el cual está casi tan preocupado como yo.

—¿Cómo es que están vivos? Como es que ella lo está —digo y él se encoge de hombros.

—No lo sé, pero lo más probable es que haya logrado escapar cuando los atacamos hace años, ella llegó cuando la casa estaba en llamas y nos sacó, pero cuando lo hizo Lorcan ya no estaba y Hela tampoco. Estaba realmente asustado y no tuve más opción que seguirla porque estaba herido, todos lo estábamos pero mi mente solo pensaba en que le podría haber hecho ese imbécil a ustedes dos, solo cuando nos llevó a esa casa me percate de la ausencia de Rod, trate de volver al sitio pero ella no me lo permitió, creo que ella ya sabía lo que iba a pasar e iba por Duman, pero al no encontrarlo decidió llevarnos y esperar alguna señal de él y esa llegó y fuimos en su búsqueda —informa comprimiéndome el pecho al recordar.

—Rod...

—Murió, cuando pude ir por él ya todo estaba en cenizas... —Se limpia las lágrimas y respiro hondo cuando la tristeza me amarga.

—Murió solo...

—Así es, me jode eso, el hecho no haberlo podido ayudar —suelta, molesto.

—Lo sé y siento lo mismo, todo esto es por mi culpa, por tener el pasado que tengo —digo tragando grueso y él niega.

—Nada de esto es tu culpa, no puedes controlar los problemas que viene del pasado, de uno del cual no sabes...

—Y del que nunca creo poder llegar a saber todo —termino y respiro hondo antes de acercarme a la cama donde está mi hija.

Varias máquinas rodean la cama mientras ella tiene la piel pálida, sus labios morados y su cuello negro. Su estado me revuelve el estómago y termino besando su frente en medio de lágrimas porque, aunque me digan lo contrario, jamás dejare de pensar que esto es mi culpa, yo cree esa droga y también cometí el error de traerla al mundo con la estúpida idea de que la podría proteger de todo, pero olvide que no la podía proteger de algo que ni yo misma sabía que existía y es ese pasado asqueroso que está adherido a mí.

—La verdad es muy poco lo que sé de esto, lamentablemente Armando era el que más sabia y sólo me enseñó lo básico —habla Adriana a mis espaldas amargándome la saliva.

—Debe haber otra forma —suelto y la escucho suspirar mientras no dejo de mirar y acariciar a mi hija.

—La hay y son los grupos aislados que están en Siberia, ellos no siguen a nadie que no deseen, te ayudan si lo ven conveniente y si tienes suficiente para pagarles —dice y niego una y otra vez.

—Pago lo que sea, pero contáctales y diles que quiero que vengan lo antes posible —ordeno y ella no me responde al instante y eso es cosa que me hace girar.

—Ese es el problema, ayudan a quien quieren y no tiene mucha información tuya, es por eso que piden ver a Duman, solo si él se comunica con ellos pueden venir —suelta haciéndome levantar de inmediato.

—¡Eso es ridículo, lo más probable es que él este muerto! —grito, desesperada. Edik me mira dudoso antes de acercarse.

—No sabemos, por eso tenemos que regresar. Además, tenemos que matar a esa escoria o será algo que nos consumirá tarde o temprano —habla Goliat al fondo de la habitación y niego, abrumada.

Destrucción [E #2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora