El pelinegro se encontraba nervioso en aquel restaurante, había pasado una semana desde que había formalizado una relación con Toni, estaba feliz, todo iba mejor de lo que se había imaginado, de hecho todo era excelente, también había podido arreglar las cosas con Carlo y José quienes eran los más cercanos al italiano.
Platico con su actual pareja de como había terminado todo con Lina, a lo que el italiano lo alento a que arreglara las cosas y al menos le diera un descanso al pobre y lastimado corazón de la muchacha.
Hasta le dio la opción de acompañarlo a ir con ella, pero quizá aún era un tema muy delicado para tratar, quizá en un tiempo podrían hacerlo, se reuniría con Lina, rogó la semana completa para poder verse, para que le dejara hablar con ella y aclarar todo, después de tantas llamadas rechazadas, por fin la pelinegra acepto.
Pudo observar a la figura de la mujer acercándose a la mesa, su rostro se encontraba seria, quizá su mirada tenía un toque de tristeza y debajo de sus ojos se podían apreciar unas leves ojeras, su corazón dolió del solo pensar en ella llorando por él, en las noches, preguntándose que había hecho mal. Sin esperar mucho tiempo al llegar se sentó, mirando fijamente al pelinegro, con una ceja alzada esperando que empezara de una vez la charla para irse de ahí.
—Sé que pedirte perdón no será suficiente, Lina. —La miro decidido, los nervios corrían su cuerpo. —Pero, en serio lo siento, yo no quería que te enteraras de esa manera tan brusca, no fue mi mejor manera de reaccionar, sé que soy un imbécil que te ha lastimado. Lo peor fue que prometí frente al altar no hacerlo, el día de nuestra boda, pero créeme Lina, te amé, te amé mucho, pero...
—Jamás lo olvidaste...—Miro al pelinegro, este negó. —Lo sé, Raúl. Sé que a veces puede fluir el amor pero de diferente manera con cada persona, jamas es el mismo, nunca te sentirás igual que con aquella con la que congeniaste tanto. —Suspiro. —Estuvo horrible lo que hiciste, pero en el fondo lo sabía, a pesar de que tú y yo congeniamos excelente, no era lo mismo para ti, jamás lo seria, sé que me amaste, lo sé, pero jamás podría igualar las sensaciones que te hizo sentir el..es simplemente que algunas personas no estan hechas para estar juntas.
—Lo siento, Lina. —La miro triste. —De verdad, lo siento.
No podia decir nada mas, solo pedir perdon, ya que realmente no habia mas que explicar, su corazon reclamaba a otro, su corazon no pudo ser robado por Lina, ya que habia sido robado mucho tiempo atras por un italiano.
No fueron las formas de decirlo, lo sabia y se arrepentia genuinamente por ello, pero el hubiera no existe.
—Puedo perdonarte, Raúl. —Lo miro, sonriéndole levemente. —Pero por el momento no quiero verte, todavía no estoy lista, quizá...en un futuro.
—Gracias, Lina...De verdad gracias. —Le tomo de la mano, pidiéndole permiso antes. —Espero encuentres tu felicidad, porque de los dos, eres quien más lo merece.
Estuvieron un rato más platicando, comieron, hasta que la pelinegra se despidió de él, no sin antes decirle:
—Te deseo lo mejor, de todo corazón.—Sonrió. —Se feliz con Toni. Todos merecemos un final feliz, sean las cosas como sean, todos merecemos uno, no eres una mala persona, Raúl. —Acaricio su mejilla, mirándole con ternura. —Adiós.
La morena le dio la espalda para salir del local, no la volvería a ver hasta tratar los papeleos de su divorcio, y era lo mejor para Lina, aún tenía que sanar lo horrible que había hecho con ella.
Se quedó con las últimas palabras dichas por la fémina, quizá merecía un final feliz...todo iba de maravilla, tenía a Toni con él, haría lo que fuera por él, cada día era uno nuevo para remediar y pagar sus pecados cometidos.
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Dos locos [RONI]
Fanfiction-·=»★«=·- Donde Raúl Salinas es contratado para llevar a cabo una compra de una propiedad, el comprador Toni Gambino, su ex pareja de adolescencia. - Estando con ella, y pensando en ti. - Que tontos, que locos, somos tú y yo. Estando con otros y aun...