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Canción: Alec Benjamin-Six Feet Apart

(...)

— ¿Crees en el karma, Toni?—El pelinegro veía las estrellas junto a su pareja como cada noche.

El rubio enfoco sus ojos azules en él, asintiendo levemente.

—Creo en él.

— ¿No crees que es injusto?—El italiano lo miro levemente confundido. —Siempre le llega el karma a quien más quieres, nunca a ti, aunque tú seas el que hizo el mal le llega a otra persona, una persona que aprecias mucho.

Ambos se quedaron en silencio hasta que el italiano hablo:

—Porque cuando dañas a alguien, no solo dañas a una persona, sino que dañas a su entorno. Ver a una persona que quieres sufriendo ya es una putada.

—En eso tienes razón.

—Deberías dejar de culparte de todo lo que ha pasado, Raúl.

El pelinegro abrió los ojos sorprendido, mirando al italiano quien le veía con una sonrisa.

—Haz pedido perdón, un perdón sincero por todos los errores que cometiste. —Acaricio su mejilla. —Si el karma llega, de cualquier manera no deberías culparte por nada, nada es tu culpa.

—Toni...

—Somos humanos, cariño. —Beso su frente. —Los humanos no son perfectos, lo intentamos pero tenemos fallas y errores, y eso está bien. Lo que no está bien es no aprender de ellos, pero tú lo hiciste.

—Gracias...—Susurro. —De verdad gracias, Toni.

—Siempre estaré aquí cuando me necesites. —Beso sus labios. —Te amo.

—Yo también te amo.

(...)

Abrió los ojos nuevamente, solo lo cerro por unos momentos hasta que llego ese recuerdo a su mente, sentía la garganta arderle y los ojos hinchado queriendo expulsar las lagrimas acumuladas.

Tan solo habían pasado unos cuantos minutos desde que ingresaron a Toni al quirófano, Carlo le había avisado a su ex prometida lo que había pasado por lo cual se encontraba de camino al hospital, todos estaban sumamente nerviosos, el miedo crecía en el pecho de Carlo y la angustia en el de Salinas.

Los minutos pasaban, se sentían como horas, cada segundo se sentía como una eternidad, el olor del hospital comenzaba a marear al pelinegro o quizás era la gran presión que sentía su cuerpo al saber que su pareja estaba en riesgo de muerte.

Carlo no se quedaba atrás su cuerpo estaba temblando, el sudor frio recorría todo su cuerpo, no podía si quiera explicar con palabras el miedo que recorría por todo su cuerpo, trataba de mostrarse tranquilo por la pareja de su hermano, pero por cada minuto que pasaba estaba seguro que caería en la desesperación y golpearía a alguien.

Paso solo una hora, cuando las puertas se abrieron dejando ver al hombre de bata blanca, al escuchar la puerta abrirse por inercia tanto Carlo y Raúl, se acercaron rápidamente.

—Doctor ¿Cómo está mi hermano?

Aun tenía las esperanzas de que todo hubiera salido perfecto, de que Toni saldría de la operación y en unos días le estaría diciendo que era tan fuerte como un tronco.

—Lo siento mucho.

El cuerpo de todos se les helo, Carlo se quedó estático en su lugar, Raúl se quedó sin habla con los ojos bien abiertos llenándose de lágrimas.

Dos locos [RONI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora