XV

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17 de septiembre de 1933, era medio día, Namjoon bajaba del taxi con sus pertenencias, junto a su mejor amigo, Jackson, la casa estaba igual como la había dejado después de su última visita, con una gran felicidad, abrió la puerta con sus llaves, todo estaba tranquilo, no vio a nadie hasta que llegó a la sala, su padre se encontraba el uno de los sofás, viendo atento las noticias.

- Padre – dijo para llamar su atención, lo cual logró, el señor Kim se levantó y caminó hasta ponerse frente a su hijo y con una gran sonrisa, lo abrazó fuertemente

- Mi hijo está aquí – dijo una vez al separarse del abrazo

- Papá, él es Jackson Wang, el chico del que te hablé – su amigo hizo una pequeña reverencia

- Bienvenido Jackson, siéntate en casa –

- Gracias señor Kim

- Papá, regresaré en la noche – se dio la vuelta para salir por la puerta

- Espera… - lo tomó del brazo - ¿Dónde crees que vas hijo? – le cuestionó, por lo que se puso frete a él, soltando la perilla de la puerta

- Pues a ver a Seokjin

- Debemos hablar – el semblante de su padre era triste, algo que hizo que se le borrara la sonrisa

Los tres chicos se sentaron en un sofá diferente cada uno, el señor Kim solo miraba sus manos, y eso solo ponía más nervioso a Namjoon

- ¿es lo mismo de lo que querías hablar? – dijo referente a las veces que le decía su padre sobre un tema importante a tratar, con las cartas que se enviaban y su padre solo asintió, soltó un gran suspiro antes de verle la cara

- Hijo mío, Seokjin no está aquí – soltó sin más, algo que hizo que Namjoon frunciera su ceño

- ¿Podrías ser más específico por favor? – pidió

- Lo mandaron a Inglaterra

- ¿Cuándo? -

- El cinco de diciembre de 1930, lo sé bien, porque quería recordar esa fecha para ti
Y fue ahí en donde cayó en cuenta, se levantó del sofá rápidamente y salió de la casa, sin escuchar los gritos de su padre y amigo, se dirigía al orfanato en donde estaba Seokjin, solo deseaba que Lalisa aun esté ahí.

Cuando llegó, avisó a una de las madres, para saber si aún se encontraba la chica y que, por suerte, si, le pidieron esperarla en el jardín de la iglesia, se sentó en uno de los asientos de concreto a esperar a la rubia y que en cuanto la vio se levantó y agradeció a la madre para dejarlos solos. El moreno vio a la chica, se veía nerviosa, jugaba con sus manos y se mordía su labio inferior. 

DÓNDE ESTÁS? ~ NAMJIN (Saga: QUE NOS VOLVAMOS A VER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora