XXII

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- Muy bien pastelillo, ¿Qué quieres que haga de comer?

- Sushi – dice mostrando sus dientecitos

- Muy bien, pero me tendrás que ayudar

- Papi… - se para sobre la silla para alcanzar la encimera de la cocina - Yeri me invitó a una pijamada hoy, puedo ir

- Está bien, pero nada de travesuras, ¿de acuerdo? – la pequeña asintió con una sonrisa

Esa tarde se la pasaron riendo y hablando, hasta que terminaron y comieron entre platica y risas, Hyuna preguntaba de vez en cuando sobre su enamoramiento, algunas si las respondía, pero otras, las evadía, hasta que llegó la noche, Seokjin la abrigó bien, era octubre y el invierno estaba cerca.
Tomó a la pequeña de la mano y comenzaron a caminar, la pequeña no dejaba de preguntar a hacia donde se dirigían, más no recibía respuesta o unos simples “no desesperes”, “ya verás” o “deja de preguntar”, pero ¿Cómo dejar de preguntar?, si no sabía a donde iba, su padre le decía siempre a donde iban y al parecer esta será una excepción. Con un puchero, dejó de preguntar, llegaron a un árbol y ella se asombró al verlo tan grande y a un lado de él, estaba un tipo de banca de madera, aunque tenía un candado, tal vez sea un baúl.

- Aquí es donde lo conocí – habló sentándose en el baúl con una sonrisa melancólica

- Espera… - se acercó y se sentó a un lado de su padre - … ¿dijiste lo? – el mayor solo asintió

- ¿cómo se llama? ¿Cómo lo consiste? ¿Dónde está ahora? ¿Por qué…-
Pastelillo – soltó una risa a la curiosidad de su hija –

Se quedaron en silencio, uno que Hyuna pensaba y veía a su alrededor, era lindo, el pasto se veía recién recortado y vio el árbol, se levantó y se acercó a este, sacando de uno de los hoyos, un sobre, en donde tenía escrito el nombre de su padre, “KIM SEOKJIN”, la pequeña volvió con su padre con el sobre en su bolsillo, tal vez eso le ayude un poco para saber quién es el tipo que enamoró a su padre, después le daría el sobre.

Regresó su vista al frente, las luciérnagas hicieron su aparición, rodeando a ambos, su sonrisa de los dos apareció, una feliz y otra melancólica, apreciaron las luciérnagas y una vez que estas volvieran, ellos también lo hicieron.

Seokjin arropó bien a su hija, dándole un beso en la frente y las buenas noches, con pesadez fue a su habitación, esa noche no pudo conciliar el sueño, tal vez no fue buena idea regresar al árbol, o más bien, el error fue regresar a Busan, pero las cosas nunca salen como uno las planea.

DÓNDE ESTÁS? ~ NAMJIN (Saga: QUE NOS VOLVAMOS A VER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora