XVIII

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Namjoon se encontraba recostado en su cama, viendo el techo, con sus manos en su pecho, pasaban las tres de la madrugada y no podía conciliar el sueño y menos con algunas prendas de su amor en su armario, eso no ayudaba en nada.

Ya habían pasado tres meses y medio desde que se enteró que Seokjin lo mandaron a Inglaterra, pensó en pedirle a su padre ir, pero lo descartó de inmediato cuando seria como buscar una aguja en un pajar.

Suspiró e intentó cerrar los ojos, casi no dormía bien, tardaba en conciliar el sueño, casi no comía o comía, pero no se acababa todo, se iba en las mañanas al árbol de roble y regresaba para la hora de la cena, en donde su padre y Jackson lo esperaban en el comedor preocupados y los fines de semana, iba a visitar a Lalisa, se volvió una rutina.

Las cartas que le había escrito anteriormente, las guardó en el cofre de su amado, que había dejado, en ese se encontraban fotos de ellos dos y un collar con un dije, con una foto de los padres y un Seokjin bebé, también tenía unas rosas secas, las primeras rosas que Namjoon le regaló.

Lagrimas volvieron a caer por su rostro, llegando al sueño mientras lloraba en silencio, si, así era su rutina diaria, desde que se fue Seokjin…

Esa mañana, el cielo lo acompañaba en su dolor, no era una tormenta, pero lloraba el cielo, al igual que lloraba Namjoon, era como si el cielo supiera el dolor causado a los enamorados. Con pesadez, ojos, nariz y mejillas rojas, se dio un baño, bajando posteriormente, de vestirse, al comedor, donde ya lo esperaba, Jackson cocinando y su padre, en una de las sillas del comedor, con un periódico en mano.

- Tengo un amigo que me espera en Estados Unidos – comenzó a relatar Jackson mientras serbia en tres platos el desayuno, llevándolos a la mesa y luego tres vasos de jugo de naranja – Nam, si quieres, puedes venir conmigo, nos iríamos…

- Si, iré – interrumpió

Tanto Jackson, como su padre, lo vieron extrañados al escuchar esa respuesta, pero no quisieron cuestionarlo, talvez sea lo mejor, talvez irse, dejaría de llorar cada noche, dejaría de irse temprano y volver tarde, talvez olvidaría al amor de su vida.

- Nos iríamos este viernes, ¿está bien? – el moreno solo asintió jugando con el desayuno preparado por su mejor amigo

Ese día, no salió, se la pasó encerrado en su habitación, solo salió una vez y eso era para comer, pero no salió por nada en el mundo, hasta que calló la noche, fue donde salió a escondidas hasta el árbol de roble, justo a la hora en que las luciérnagas salen, animándolo, cuando se acordó del primer beso que tuvo, y cada momento que pasaron juntos.

Posó una mano en el tronco del árbol, con una sonrisa melancólica, sabiendo que talvez no volverá a verle, ni al árbol, ni al amor de su vida y lo recordaría sin importar que y quienes.

- Creo que este es un adiós – dijo al árbol – si lo vuelves a ver… - sacó un sobre de su saco y lo metió en uno de los orificios que tenía el árbol - …por favor, entrégale la carta – besó sus dedos para posterior ponerlos en el árbol, dándole un beso indirecto…

Ya era hora de marcharse, un día antes, se había despedido de Lalisa y explicándole algunas cosas, ahora se encontraba en el aeropuerto, con maletas, a un lado, Jackson y dándole un abrazo, su padre, quien le decía repetidas veces que lo extrañaría.
Subió al avión junto con su mejor amigo, en todo el vuelo, se la pasó leyendo ese libro que una vez le regaló Seokjin y el único recuerdo que tendría en Estados Unidos. Al llegar, quien los recibió fue el amigo de Jackson, llevándolos a su hogar par que descansaran.

DÓNDE ESTÁS? ~ NAMJIN (Saga: QUE NOS VOLVAMOS A VER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora