"Pinto con alegría, con la misma alegría que usted hace el amor con una mujer"
- Pierre-Auguste Renoir (1841-1919)
Un pintor misterioso y una chica pelirroja descubren lo que es el amor mediante el arte y el misterio, pero...
¿Qué tan dispuestos est...
No le gustaba maquillarse, en realidad no sabía, sólo un poco de labial y un delineado sencillo decidió ponerse en su rostro.
No quería ser tan llamativa y menos en su primer cita con el señor H.
—¿Tengo que llamarlo de usted?-piensa en voz alta mientras ve a su pequeño gato Raja.
El gato color pardo sólo la miraba confundido lamiendo su patita.
—Supongo que somos más cercanos ahora.-ríe un poco mientras se pone el outfit que había elegido durante la noche anterior.
Un pantalón de vestir negro a la cintura de dos botones, un cinturón ancho con una hebilla dorada, un top de encaje transparente negro con un escote bajo que le hacía resaltar sus pechos sin verse muy provocadora, el pequeño top tenía unas mangas cortas finas. Decidió acompañar con un blazer de manga remangada y largo de color gris y unas botas blancas cortas con ligero tacón.
¿Será demasiado? Ugh, ya no hay tiempo de cambiarme, ya son las 10:00.
El sonido de un clackson suena en el exterior de su departamento.
—Ay, no, ¡ya llegó, Raja!
Corriendo para asomarse hacia la ventana de su sala de estar, se da cuenta que un Volkswagen gris está aparcado justo en el mismo lugar donde ayer la dejó, ve como el conductor del mismo se baja y voltea hacia arriba buscando a la chica en alguna de las ventanas del edificio.
Zafiro se quita rápidamente de la ventana y se dirige por su bolso, su corazón está latiendo fuertemente contra su pecho.
—Deséame suerte, Raja, no quiero cagarla.-le da un pequeño beso en la cabeza del minino y sale corriendo del departamento.
Al bajar, saluda rápidamente a la portera y sale del edificio.
Tom la recibe con una inmensa sonrisa y se dirige hacia ella.
—Buenos días.-dice dándole un beso en la mejilla suave, sus labios se sienten tan cálidos y el olor de su colonia se impregna en sus fosas nasales-. Te ves muy linda, Zafiro.
Le dice tomándole la mano, ella responde con una ligera sonrisa.
—Te ves muy lindo, Tom.
Y vaya que se veía lindo. Llevaba puesto un blazer tipo chaqueta marrón sobre una camisa blanca sencilla, un pantalón negro y mocasines marrones. Que elegancia.
El señor H se ríe y la lleva a su asiento abriéndole la puerta.
El charco del día anterior ya estaba más pequeño y sonríe con recordar la situación que le provocó.
—Nunca había sentido tanta alegría al ver un charco de agua.-ríe Tom al ver cómo las mejillas de la chica enrojecen, recordándole lo del día anterior.
Rodea el auto y se sube a su asiento, se colocan el cinturón y le sonríe a la pelirroja, tomándole la mano.
—Gracias por no rechazar mi invitación, no pude dormir debo admitirte.-ríe nerviosamente-. Lo siento, me comporto como un niño.
Zafiro le toma su mano y coloca un pequeño beso en ella.
¿Qué estás haciendo, loca?
—No te disculpes, en todo caso discúlpame a mi por haber hecho lo que hice, no pude controlarme...lo siento. No es correcto de mi parte, ¡no vayas a creer que yo soy así! yo, yo fue sólo...
Tom le aprieta su mano con ligereza fuerza para hacerla entrar en si.
—Hey, hey, tranquila. No te estoy juzgando, te conozco lo suficiente, lamento decírtelo pero es que...-dice mirándola fijamente-. Soy irresistible.
La chica se le queda viendo confundida y se ríe. Tom suelta también una carcajada que resonó en todo el auto, su risa profunda y ronca sonó tan sensual y divertida que inundó de una ligera paz a la chica.
—Es mejor que nos vayamos, sólo me haces decir incoherencias.-dice encendiendo el auto y bajando el vidrio de su asiento para que entre aire. No le gusta la calefacción así que prefiere el aire fresco de la ciudad.
Jazz blues suena en volumen bajo contrastando el ambiente entre ambos.
—¿Yo?, si yo ni dije nada.-responde la pelirroja quitándose el blazer, el clima estaba caluroso y el sol brillaba intensamente. Era un hermoso día.
Tom miró de reojo hacia el pecho descubierto de la chica, sus finas clavículas sobresalían del mismo, un delicado collar colgaba por su tersa piel, tenía un dije pequeño que no alcanzó a apreciar bien, pues la pronunciación de sus pechos desvió su mirada.
Tranquilo Tom, piensa en la biblia.
Aclarándose la garganta se dispuso a seguir el camino.
—¿Puedo preguntar a dónde iremos?
—Lo sabrás cuando lleguemos.
__________ Taraaan, trataré de actualizar todos los días, amixes. A veces habrá capítulos así de cortitos y otros un poco largos, pero todos los días tendrán un capítulo nuevo.✨
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