Capítulo 3

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- Joder, si parecéis un matrimonio. Falta el sexo de reconciliación.

- Es muy guapa y tiene muy buen cuerpo.

Recordó las palabras de su amiga de la noche anterior y ahí estaba. Sentada en clase al lado de su amiga Lauren, mirando cómo la rubia resolvía un problema de física en la pizarra, delante de todos, demostrando que era – o podía – ser mejor que ella. Inconscientemente, la charla con su amiga resonó en su cabeza y bajó la mirada hacia el trasero de la rubia.

Y sí, le jodió admitir que la rubia estaba jodidamente buena.

- La pizarra está un poquito más arriba... - Susurró Lauren con un hilo de voz casi imperceptible. – Dudo que encuentres la respuesta en su culo. – La morena dio un respingo y la miró.

- No estaba... - Intentó evadir la acusación de su amiga. – Vale, sí. Sí lo estaba mirando.

- Eres demasiado obvia.

- Mientras ella no se entere... - Se recostó sobre el asiento y suspiró. – No quisiera darle más motivos para presumir.

- ¿Habéis hablado sobre el proyecto?

- Todavía no. Cualquier intento de conversación con ella acaba en una discusión. - Hizo una mueca de disgusto. – De hecho, creo que nunca hemos tenido una conversación.

- Eso no suena muy... ¿Alentador?

- No, no lo es.

La rubia se giró, esperando a que la profesora mirase lo que acababa de desarrollar durante 10 minutos. Chloe no dudó en alzar el brazo cuando la profesora pidió voluntarios para realizar uno de los ejercicios más difíciles del día. Y cómo no, la rubia tenía que estar en el primer puesto, lugar que actualmente ocupaba Andy.

- Perfecto, Winters. Me alegra saber que, respecto del día de ayer, usted ha despertado. – Y otra vez, la profesora la dejó en evidencia delante del resto. Afortunadamente, esta vez la había "elogiado", aunque, a su manera.

- Gracias, profesora Willow. – La rubia esbozó una sonrisa de triunfo y cruzó su mirada con la de Andy. Una mirada de superioridad que le revolvió el estómago.

- Puede sentarse. – La rubia asintió y se dirigió a su asiento, sin antes volverle a brindar una mirada ególatra a la morena.

- Le daría una patada. – Confesó en voz baja a su amiga Lauren. – O varias.

- Déjame adivinar, ¿En su precioso trasero? – Lauren esbozó una sonrisa vacilante y Andy rodó los ojos.

- Se me ocurren otras cosas más divertidas que hacer con su culo. – Lauren ahogó un gritito en lo más profundo de su garganta y miró con incredulidad a la morena, a la que se le escapó una carcajada al ver la cara de su amiga.

- Señorita Warren, ¿Algo que quiera compartir con el resto de la clase? – Tragó saliva y se maldijo a sí misma de haber dicho aquello.

- No, profesora Willow.

- Entonces no le importará realizar el siguiente ejercicio para el resto, ¿Verdad? – Y volvió a maldecirse a sí misma, ¿Por qué tenía que ser tan bocazas?

- Claro. – Atrapó la tiza que la profesora le tendía y analizó el enunciado que ocupaba más de la mitad de la pizarra. Cómo odiaba la física. Era un ejercicio bastante parecido al de la rubia, salvo que tenía unas pequeñas variaciones que lo hacían algo más complicado. No tardó ni cinco minutos en resolverlo, lo que pilló a la profesora bastante desprevenida.

Hate-Fuck-LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora