- ¿Seguro que sólo os besasteis? – Hizo una pequeña pausa tras la pregunta. – Teníamos un trato. Respetar las zonas comunes.
- Sólo nos besamos. – Aseguró. – Y fue... raro.
- ¿Raro? – Asintió.
- Muy diferente a los otros. – Se encogió de hombros. – No fue nada apresurado, ni si quiera había deseo de... ya sabes. Fue... ¿Muy... tierno?
- ¡Awwwwwww! – Hizo un puchero. - ¿Te gustó?
- Sí, la verdad es que sí. – No tardó ni un segundo en decirlo en voz alta. – Fue un día... raro. – Alzó la mirada y tuvo miedo de encontrar algún tipo de enfado en los ojos de su amiga.
- Lo fue. – Afirmó, sosteniéndole la mirada a Andy. – Pero no por ello debías de pintar nuestra pared de color rojo. – Sonrió un poco, quitándole peso a la situación. - ¿Estás segura de que podrás trabajar mañana? Tendrás que usar mucho tus manos, teniendo en cuenta de que serás camarera en una discoteca.
- Tengo que hacerlo. – Miró sus manos. – Están bastante mejor... - Debs alargó el brazo, tocando con el pulgar los nudillos de la mano izquierda. Andy lo retiró inmediatamente, emitiendo un grito de dolor.
- Sí, están bastante mejor. – Respondió con ironía. – ¿Te has olvidado ya de la radiografía? Te dislocaste esos dos dedos y te partiste un nudillo.
- Me las apañaré. – Dijo rápidamente. – Mi mano derecha está prácticamente curada, podré pasar la noche.
- Iré con Lauren y Henry, si necesitas algo sólo mándame un mensaje e iré a la barra.
- ¿Estás... segura?
- Claro. – Le restó importancia. – Eres mi mejor amiga, siempre estaré para ti. Pase lo que pase. – Aseguró.
- Siento muchísimo lo del otro día, Debs.
- Sé que lo sientes. Y lo pasado, pasado está. Pero no vuelvas a hacerlo, ¿De acuerdo?
- Te lo prometo.
- Buena chica. – Se acercó a ella a través de la mesa y besó su frente con cariño. – Ven, vamos a curarte esa mano antes de que me vaya.
La pared estaba totalmente limpia, las pastillas y los cristales del suelo habían sido recogidos. Estaba todo como si no hubiera pasado nada, incluida la relación entre Andy y Debs. La pelirroja volvió al día siguiente, tras pasar la noche en la casa de una amiga de la universidad. Habían tenido una seria conversación por la mañana, pero como siempre, las dos habían arreglado las cosas.
- Menos mal que tu mano derecha está bien, y que eres diestra. – Sonrió de lado mirando a su amiga con vacilación. – Sino no podrías satisfacer a tu rubia. – Andy la miró fulminante mientras su amiga carcajeaba y vendaba su mano izquierda.
- Que sepas que me manejo muy bien con cualquiera de las dos manos. Y no la llames "tu rubia".
- Encima te las buscas con dinero. – Esbozó una sonrisa divertida y Andy logró lanzarle un cojín que aterrizó en su cara. - ¡Y está buena! – Continuó. - ¡Y además, tiene novio! – La cara de Debs se transformó en una más seria, llamando la atención de Andy. – Que no te meta en líos, Andy.
- No tenemos nada...
- ¿Y si lo tenéis? – La cortó antes de que pudiera acabar. – No permitiré que juegue contigo, le patearé su trasero.
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Hate-Fuck-Love
RomanceNo empiezan de la mejor manera. Se odian y no pueden aguantar ni cinco minutos en la misma habitación. Su relación es una lucha para intimidar y hacer que la otra desvíe la mirada. ¿Y si ese odio se convierte en pasión? ¿Y si la tensión que nace de...