Capítulo 29

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Recuerdo que fueron...los cinco meses más complicados de mi vida, al menos en ese tiempo.

La presión constante ante la posibilidad de ser atrapada transportando esa mierda, viendo a Hideki hundirse y pararse al filo de la locura, pensar en lo que Shizu y Erin estarían pasando.

Fueron muchas veces, más de las que puedo contar, en las que estuve al borde de colapsar emocionalmente. Mi sanidad mental comenzó a deteriorarse desde entonces.

Llegué incluso a posicionar el filo de una navaja en mi cuello cuando creí que no podía más.

Me destrozaba recibir las llamadas de mi madre y mis hermanos diciendo que me extrañaban y que estaban orgullosos de mi mientras yo luchaba a sus espaldas por no quebrarme.

Y por si fuera poco, tuve la mala suerte de que Eiji mando a esa desagradable mujer conmigo, para mantenerme "supervisada".
Se suponía que no tenía gente disponible para realizar ese trabajo pero sí envío a esa imbécil tras de mi, y una mierda...

Al llegar a Estados Unidos siempre debíamos de pasar al menos una noche ahí. Luego del primer viaje no pude volver a pegar ojo para descansar en ninguno de los que siguieron, ni en el avión, ni en los hoteles, ni en ningún maldito lugar donde esa mujer, Irina, estuviera.

Esa primera vez tuve que pagar por un cambio de habitación cuando Irina intento meterse en mi cama y someterme por la fuerza, lo cual gracias al universo no ocurrió.

Quizá ella era más alta y fuerte, pero no es que yo fuera una chiquilla debilucha. Además, yo misma me pegaría un tiro directo a la cabeza antes que dejar que me tocara.

De cualquier modo, los días seguían pasando, días que se convirtieron en semanas y esas semanas en meses. Cuando menos lo espere ya había hecho todos los encargos con un total y rotundo éxito...bah, "éxito", ¿Que de éxito había en esa basura?

Durante todo el viaje de regreso estuve endemoniadamente contenta y aliviada. Creí que por fin acabaría con todo, por fin tendríamos de vuelta a las chicas y yo podría irme.
Luego de lo que paso, mi plan no era quedarme más en Londres; quería dejar todo eso atrás y regresar a Japón con mi gente. Arreglar las cosas con mis amigas, hablar con Maki, estar con mi familia.

Pero al mundo le encanta pisotearme.

Una vez que todo terminara Eiji me aseguró pase libre para y mi todas las otras chicas, incluídas Erin y Shizu obviamente. Tal vez era un desgraciado enfermo pero puedo decir que el tipo al menos cumplía su palabra.
...Por eso es que a quien debo agradecer por la historia que vivo hoy no es a él, sino a Hideki Hayashi.

Esa tarde, cuando llegué a la mansión Kuroaki por la que pensé sería la última vez, nunca espere ser recibida con una ambulancia y dos paramédicos sacando el inmóvil y ensangrentado cuerpo de Erin Brown de la casa.

¡Confía en mi! -Remastered-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora