Hospital Nishikino - Cafetería
-Gracias- Umi soltó el desganado agradecimiento al recibir el café. Estaba endemoniadamente cansada.
Una cosa era trasnochar para terminar sus manuscritos y otra muy distinta las situaciones en las que se había visto envuelta desde que llegó a Japón. Aunque si bien no iba a negar que extrañaba su pequeño y tranquilo apartamento en el séptimo distrito de París, ella no deseaba alejarse de su gente nuevamente, por más que añoraba nostálgicamente todas esas noches en el balcón de su hogar, solo ella, una taza de café junto a sus libros favoritos y la agradable brisa nocturna, dejando que las acogedoras luces entre toda la arboleda del Champ de Mars la abrazaran mientras se dejaba deleitar de vez en cuando con la imponente belleza de la Torre Eiffel en la otra punta de aquel Patrimonio de la Humanidad. Aunque para su pesar, también recordaba con nitidez todas esas veces en las que se encontraba imaginando como la mujer que amaba estaba a su lado, compartiendo aquellas experiencias y sentimientos con ella...la falta de Kotori la había afectado mucho en su momento.
"-Où tu es está là où je veux être."
La escritora detuvo su andar, su mirada se suavizó y las comisuras de sus labios se elevaron casi imperceptibles. Calidez fue lo que llenó su pecho hasta alcanzar vagamente sus mejillas ahora sonrojadas.
"Dónde tu estés es donde yo quiero estar"
"Amor", era una palabra muy fuerte y que solo podía dedicar a su hermosa Kotori, algo de lo cual nunca se atrevería a cuestionar en si misma.
Claro que de no ser por aquella chica, aquella parisina de ojos risueños y sonrisa traviesa, quizás Umi nunca hubiera salido del desastroso y deprimente estado en el que estaba al llegar a París...quizás nunca hubiera encontrado el valor para volver a Tokio.
-Como el agua y el aceite- murmuró en su ensoñación al seguir rememorando con tanto cariño en su corazón. Pero al final, esa era otra historia.
Umi mantenía su mirada gacha, a paso lento y dando escasos sorbos al café. Ya no se encontraba tan abrumada, pero sí distraída, por ello no se percató de la voz de su novia tras ella hasta que Kotori la tomó del brazo para detenerla.
-Umi te he est— la peligris paró y frunció el ceño al ver la cara de la escritora -¿Porqué estás sonrojada? ¿Te sientes bien?
-Sí, lo siento...es solo que estoy muy cansada- desvió la mirada suspirando con pesadez. Había olvidado llamar a Ena, pensar en como le explicaría todo y que haría con Hana al llegar a casa la hacia querer saltar por una ventana, solo quería descansar.
-Sé que tú y Nico tienen mucho que explicar, que lo que pasó allá no nos dejó exactamente tranquilas y que todo es muy confuso, pero estás demasiado tensa y estresada- Kotori tomó a Umi por los hombros ejerciendo una ligera presión que la escritora agradeció con alivio -¿Lo ves? Tus hombros parecen dos rocas...y no en el buen sentido- bromeó logrando un risilla de su novia -Ven a casa conmigo- Kotori pidió acercándose mas a Umi -Llegaste hace muy poco y aunque no digas nada, tú y Nico ya dejaron muy claro que no la han pasado muy bien. Déjame cuidarte un poco- la modista brindó una suave caricia a los hombros de la mayor y depositó un pequeño beso en su mandíbula.
Por otra parte, Umi estaba teniendo una agradable embolia. Recogiendo su frágil sentido común para alejar sus pensamientos de adolescente hormonal, retrocedió un paso y tomó las manos de la modista entre las suyas.
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¡Confía en mi! -Remastered-
Random[Actualizando y editando] El tiempo pasa y con ello las personas cambian. El camino que tomamos no siempre nos lleva al futuro que esperábamos; incluso si somos plenamente conscientes de lo que queremos y porque lo hacemos. La absolución de una vida...