Capítulo 32

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El baño de un supermercado, de verdad - 12:32 PM

—¡¿Porqué no me dijiste que se abrió antes?! —gritó entre susurros enojada.

—¡Porque antes no estaba sangrando tanto! —respondió a la defensiva de la misma forma— ¡Auch, demonios, ten más cuidado por satán!

—¡Cierra la boca, me estás haciendo suturar una herida profunda con un aguja de segunda he hilo para ropa barato en el baño de una tienda, idiota!

—¡¿A quien llam-

—Nico-san, Maki-san, ¿Ya p-puedo salil? —la tímida y dulce voz de Hana, quien se encontraba en uno de los cubículos, interrumpió su extraña discusión.

Inmediatamente Nico y Maki entraron en pánico y comenzaron a lanzarse miradas que no gritaban más que "Habla tú", "No, habla tú". Siguieron así hasta que la pelirroja se canso y presionó innecesariamente el corte, ahogando a la pobre gastrónoma del dolor e instigandola a hablar.

—¡U-Un poco más, solo espera un poco más princesa, ya casi acabamos!

Hana dejó escapar un adorable bufido que llenó el silencio después— Bueno.

Nico suspiró inaudible. Luego le dirigió a Maki una expresión llena de reproche, lo cual fue totalmente ignorado por ella; estaba demasiado ocupada como para prestar atención a los berrinches de Nico.
Y es que todo había seguido normal y correctamente, al menos hasta hace treinta minutos.

Pasearon un rato, desayunaron, Nico hizo algunas llamadas y después fueron al banco por petición suya. Luego fueron al viejo arcade, donde, por cierto, Hana se la paso bomba y Nico y Maki revivieron el veneno de una horrible rivalidad: quien es mejor en pac-man.
Y estaban a nada de ir a comer algo cuando de repente tuvieron que parar debido a que la pelinegra se empezó a marear. Fue entonces que le dijo a Maki lo que aquel rodillazo de Erena causó.

Una discusión y media más tarde y una Hana confundida del porque las mayores se gritaban "despacito" si ella estaba a menos de cinco metros y podía oírlas y...bueno, nos encontramos en el escenario actual.

—Agradece a dios que no te arrastré hasta el hospital —regañó terminado de poner alcohol a la zona afectada.

—Y agradezco la oferta y tú ayuda, pero lo que menos quiero es tener que ver a tu papá ahora...sin ofender— agregó aún sin entender del todo como estaba la relación entre Maki y su padre.

—En realidad me halagas —señaló con sorna, a lo cual Nico simplemente sonrió.

No pasaron más de cinco minutos cuando Maki suspiró aliviada viendo su trabajo terminado. De inmediato desechó todo lo que ya no servía y se lavo las manos tan bien como se podría en un baño público y jabón genérico.

—Diablos, sí que eres buena en esto tomate —comentó mirándose en uno de los espejos.

—Número uno: no me llames así. Número dos: haz el favor de no mover la maldita gasa para estarte viendo la herida y bajate ya la camisa —enumeró fastidiada dándole un manotazo para que dejara de tocar—. Y número tres: mejor reza para que no se infecte nada por haberte suturado aquí.

Nico chasqueó la lengua y se cruzó de brazos— Oh vamos, no es para tanto...¿O si?

Maki no hizo más que rodar los ojos. Le dio una palmada en el pecho y la pasó de largo para dirigirse al cubículo donde Hana tuvo que esperar.

—Ya está linda, puedes salir.

La puerta no tardó ni dos segundos en desbloquearse y abrirse, mostrado a una emocionada y sonriente pequeña. Miró a todos lados, como si buscarán algo especial, pero al no encontrarlo torció la cabeza confundida.

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⏰ Última actualización: Feb 20, 2022 ⏰

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