Capítulo 17

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12:54 PM

-Tal vez sigue en clase- la peliazul suspiro -Cuando vuelva hablaré con ella, ¿Sabes cuánto tiempo vas a quedarte exactamente? No es que no quiera que te quedes, pero tampoco quiero abusar de la amabilidad de Ena-chan. Además, tampoco es un apartamento tan grande- Umi se rasco la nuca.

-No te preocupes tanto, Umi. Lo entiendo perfectamente- Nico se rio del nerviosismo de la escritora -No sé exactamente cuánto tiempo, pero si...si todo sale "bien" no creo que vaya a ser más de una semana. Y en todo caso si llegara a extenderse entonces buscaría un lugar seguro para quedarme, yo tampoco quiero abusar de tu amabilidad.

Umi sonrió con más tranquilidad -Muy bien. Acomoda a Hana en la sala y ven a sentarte. Aún tenemos mucho de qué hablar- Nico asintió y obedeció. Dejo a la menor que dormía plácidamente en sus brazos en el sofá frente a la televisión y luego se encamino al comedor. Cuando se sentó, Umi estaba saliendo de la cocina con dos tazas de té.

-¿Ahora si vas a contarme que está pasando? - preguntó la escritora dándole una de las tazas y tomando asiento al otro lado de la mesa, en la silla frente a Nico.

-¿Qué quieres saber?

-Todo, Nico- declaró -Y empieza explicándome que fue lo que pasó hace siete años.

La pelinegra trago saliva y fijo su mirada en su bebida -Creo que...sería factible comenzar diciéndote que Maki y yo...Umm, tuvimos una relación. Ella fue mi novia.

-Lo sé- Nico la miro con sorpresa -Ayer pasaron muchas cosas. Y te lo contare todo luego de que tu hables, pero primero que nada permíteme decirte que me siento muy ofendida que no confiaras en mi para decirme algo como eso.

-Lo siento- la pelinegra bajo la mirada con pena.

-Me darás tus razones al final ¿Okay?

Nico asintió -Al parecer estas lo suficientemente informada, así que supongo que sabes que lo mío con Maki no terminó muy bien- Umi hizo un sonido de afirmación -Luego de lo que ocurrió entre nosotras...comenzaron a pasar cosas muy difíciles en mi vida- se aclaró la garganta -Unos meses después, mi...mi madre- su voz falló por un momento -...Mi madre fue diagnosticada con esclerosis múltiple- por un momento Umi olvido como respirar. Su mirada se abrió con horror y una dolorosa opresión se hizo presente en su pecho.

La esclerosis múltiple es una enfermedad en la que el sistema inmunológico degrada la cubierta protectora de los nervios, por lo que el daño irremediable en los nervios ocasiona una interrupción de la comunicación entre el cerebro y el cuerpo. Si bien un tratamiento correcto puede ayudar, este padecimiento no tiene cura. Tarde o temprano y lamentablemente con un proceso bastante doloroso, el paciente va a perder toda movilidad en su cuerpo, probablemente podrá escucharte y entenderte, pero no podrá comunicarse. En el peor de los casos y usualmente cuando ya está en un punto muy avanzado, el paciente quedara en un estado casi vegetativo. Sea cual sea el caso, no hay cura, no hay manera de detenerlo y al final lo único que queda es rezar porque no haya más dolor hasta que sea el tiempo de ir al paraíso que todos te prometieron que habría después de la vida.

-Nico yo...Dios, l-lo siento mucho, p-pero ¿Por qué...porque no nos dijiste nada?

-Esa es la otra parte de la historia- la pelinegra sonrió amargamente -Cuando me entere de eso, la comunicación entre todas nosotras era prácticamente nula y obviamente no iba a ir a lloriquear con Maki. Las únicas veces que hablaba con alguien que no fuera yo misma, siempre tenía la cabeza llena de otras cosas. Al final me encerré en mi propio mundo durante el último año en el que estuve aquí. Tuve que conseguir un trabajo para sustentar a mi familia, poder pagar el tratamiento de mi mamá y cubrir los gastos de la universidad. Cuando menos me di cuenta mi vida se convirtió en un círculo vicioso, si no estaba en clases estaba cuidando a mis hermanos, si no estaba cuidando a mis hermanos estaba trabajando casi 12 horas en dos lugares diferentes con un salario mínimo, si no estaba trabajando estaba entrando y saliendo una y otra vez del hospital donde tuve que internar a mi mamá...Y no me enorgullece, pero los pocos momentos que me quedaban libres los gastaba hundiéndome en mi propia miseria en la mesa de un bar de mala muerte en el que siempre terminaba peleando con alguien. Es estúpido, pero creo que esa era la única manera en la que me permitía sacar todo lo que sentía.

¡Confía en mi! -Remastered-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora